Una prisi¨®n flotante
El Gobierno brit¨¢nico compra un barco para paliar la escasez de plazas en las c¨¢rceles
La situaci¨®n de las c¨¢rceles inglesas esta al rojo vivo, con una poblaci¨®n de m¨¢s de 59.000 internos, muy cerca del tope de capacidad del sistema -60.013 presos-, y creciendo a un ritmo de 350 reclusos se manales. Los funcionarios de prisiones se quejan de que el celo justiciero del ministro del Interior, Michael Howard, no ha ido paralelo con el celo constructor del departamiento que dirige. Hasta principios del a?o que viene no estar¨¢n listos tres de los seis nuevos centros penitenciarios previstos para albergar a unos 6.000 nuevos internos. En vista de tan alarmante d¨¦ficit, Howard ha optado por desempolvar una vieja idea que la Inglaterra victoriana arrincon¨® en su d¨ªa por grotesca y, seguramente, desmesuradamente cara: la del buque-prisi¨®n. Por cuatro millones de libras (unos 950 millones de pesetas), el Ministerio del Interior brit¨¢nico ha comprado al Ayuntamiento de Nueva York el Resolution, un barco destinado a albergar a 500 presos que navega ya a toda m¨¢quina rumbo a la costa de Dorset, al. sur de Gran Breta?a, donde quedar¨¢ atracado esta misma semana, en la isla de Portland. La original idea de Howard ha tropezado, sin embargo, con una doble oposici¨®n. Por un lado, est¨¢n los propios vecinos de Portland, a quienes la idea de disponer de un Alcatraz flotante en el puerto local no acaba de parecerles el mejor reclamo tur¨ªstico. Por¨®tro y esto ha constituido un duro golpe para el ministro-,est¨¢ el cuerpo de prisiones, que rechaz¨® en su d¨ªa el barco-prisi¨®n por considerarlo una so luci¨®n insegura". El martes, el presidente de la Asociaci¨®n de Directores de Prisiones, Chris Scott, critic¨® al departa mento de Interior por el "des precio" absoluto por los puntos de vista de la asociaci¨®n demostrado en este empe?o de imponer la c¨¢rcel flotante."Nadie en su sano juicio podr¨ªa plantearse seriamente utilizar barcos o campos de entrenamiento abandonados -otra de las ideas de Howard para paliar la escasez de c¨¢rceles- como prisiones", declar¨® Scott.Por su parte, los 13.000 vecinos de Portland, un lugar que fue en el siglo pasado una colonia penal, est¨¢n decididos a dar la batalla. "No permitiremos que se nos conozca como el Alcatraz brit¨¢nico", declaraba ayer en The Guardian un concejal del Ayuntamiento. En todo caso, ser¨¢ el ministro de Medio Ambiente quien tenga la ¨²ltima palabra una vez concluya la investigaci¨®n especial sobre el tema prevista para finales de este mes.Lo malo es que, para entonces, el Resolution -que dispone de capilla, pistas de b¨¢dininton y squash- estar¨¢ ya anclado en la bah¨ªa de Portland, toda vez que la avalancha de cr¨ªticas no ha conseguido minar la determinaci¨®n de Michael Howard, junto a su colega de Agricultura, el ministro m¨¢s impopular del Gobierno que preside John Major y uno de los m¨¢s vapuleados por las actuaciones de los jueces.
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