Un rifirrafe
La manera de razonar de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no puede ser m¨¢s sorprendente. Cuando ¨¦l se hace una foto con Xabier Arzalluz en G¨¦nova 13, o en La Moncloa, se trata de un acontecimiento que marca un antes y un despu¨¦s en la Historia (con may¨²scula) de Espa?a. Cuando Xabier Arzalluz hace unas declaraciones a Le Monde afirmando que el presidente del Gobierno depende de la extrema derecha espa?ola en su pol¨ªtica antiterrorista, levantando la polvareda que ha levantado, se trata de "un rifirrafe"."Contienda o bulla ligera y sin trascendencia". As¨ª define la Real Academia Espa?ola el t¨¦rmino rifirrafe. No s¨¦ si el presidente del Gobierno ha reparado en que para que haya contienda o bulla hace falta m¨¢s de uno y, en consecuencia, si con el uso de dicho t¨¦rmino ha pretendido devaluar la conducta de Arzalluz, tambi¨¦n ha devaluado la de su ministro del Interior y la de Carlos Iturgaiz, que son los que han "rifirrafeado" con Arzalluz.
Es posible que el presidente haya querido tranquilizar a la opini¨®n p¨²blica ante el cariz que est¨¢n tomando los acontecimientos en el Pa¨ªs Vasco restando importancia a la pol¨¦mica.
Creo que se equivoca. No hay nada que intranquilice m¨¢s a los ciudadanos que el que los gobernantes los tomen por imb¨¦ciles. A ello nos tiene acostumbrados el portavoz del Gobierno. Pero, por lo qu¨¦ se ve, es marca de la casa.
Las palabras de Xabier Arzalluz en Le Monde constituyen uno de los episodios m¨¢s negativos en la pol¨ªtica antiterrorista, en la medida en que suponen llevar casi hasta el l¨ªmite la posici¨®n que est¨¢ aglutinando a todo el nacionalismo vasco, separ¨¢ndolo cada vez m¨¢s de los dem¨¢s partidos democr¨¢ticos.
Esa posici¨®n, cuyo copyright hay que reconoc¨¦rselo a Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n, consiste en identificar el problema de ETA no como un conflicto vasco, sino como un conflicto entre el Estado espa?ol y ETA. Tan leg¨ªtima o tan ileg¨ªtima es la posici¨®n del Estado como la de ETA y, en consecuencia, ambas partes tienen que sentarse a negociar "sin condiciones previas".
Esta "alternativa Seti¨¦n" es la que ha llevado hasta su l¨ªmite Xabier Arzalluz en su entrevista en Le Monde. El Gobierno espa?ol, en lo que a pol¨ªtica antiterrorista se refiere, es "tan extremista" como ETA. Quienes deciden la pol¨ªtica antiterrorista en Espa?a son franquistas que est¨¢n a la derecha de Le Pen. Ya est¨¢ bien, por tanto, de que el Gobierno considere que no puede negociar con ETA. No tiene, m¨¢s legitimidad el Gobierno que ETA para no sentarse a negociar. ?ste es el mensaje que est¨¢ detr¨¢s de las palabras del presidente del PNV. Es el PNV el que tendr¨¢ que vigilar qu¨¦ es lo que hacen, porque ninguna de las dos partes son fiables, democr¨¢ticamente hablando.
Esto es lo que ha dicho Arzalluz. No con estas palabras, pero esto es lo que ha dicho. Y a esto no se le puede contestar diciendo que "chochea", ni tampoco que est¨¢ originando "un rifirrafe".
Esa posici¨®n del nacionalismo vasco conduce inexorablemente al enquistamiento del terrorismo y a su prolongaci¨®n por tiempo indefinido. Ning¨²n Estado que se respete a s¨ª mismo podr¨¢ aceptar jam¨¢s esa posici¨®n y sentarse a negociar con una banda terrorista en tales condiciones. Esto es lo que hay que decir con todo el respeto en el uso de las palabras que el adversario pol¨ªtico merece, pero con toda la firmeza que la entidad del problema requiere. Y as¨ª hay que explic¨¢rselo tambi¨¦n a la opini¨®n p¨²blica. Las palabras de Arzalluz no deber¨ªan quedar sin una respuesta, que no puede ser insultante personalmente, pero que no puede ser tampoco condescendiente pol¨ªticamente.
?sa es su obligaci¨®n como presidente del Gobierno y eso es lo que nos debe a todos los espa?oles.
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