Jaque a la inform¨¢tica
Una legi¨®n de expertos se ofrece para solucionar los problemas de los ordenadores por el cambio de siglo
El apocal¨ªptico fin del milenio atrapar¨¢ esta vez a miles de ciudadanos en los cajeros autom¨¢ticos, en la ventanilla del banco, en la caja del supermercado... "Si las empresas que utilizan las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n como base de su negocio no empezaron ayer, no empiezan hoy, a gestionar el cambio al a?o 2000, asistiremos a la desaparici¨®n de sectores enteros y los Gobiernos perder¨¢n billones de pesetas", asegura Louis J. Marcoccia, uno de los gur¨²s de las nuevas tecnolog¨ªas, uno de tantos predicadores de la urgencia en adecuar los ordenadores de todo el mundo al siglo XXI.El p¨²blico que atendi¨® ayer en Madrid sus explicaciones dio un brinco en la silla cuando Marcoccia, asesor de corporaciones y administraciones p¨²blicas de Estados Unidos, se pregunta si los fondos de pensiones en los que tenemos depositado nuestro dinero estar¨¢n gestionados por entidades que han adecuado ya sus sistemas al cambio de siglo o no. "?Ejecutar¨¢n las computadoras las ¨®rdenes autom¨¢ticas de compra / venta de acciones como es debido?".
Puede que sea una exageraci¨®n anunciar una "cat¨¢strofe de proporciones mundiales" o asegurar que los cerca de cincuenta asistentes a la charla "van a morir [profesionalmente, se entiende] si no cambian sus sistemas inform¨¢ticos antes del a?o 2000. Pero lo cierto es que la crisis del fin de siglo afectar¨¢ a todas las aplicaciones inform¨¢ticas que realicen c¨¢lculos con posterioridad al 31 de diciembre de 1999. Es as¨ª porque buena parte de los ordenadores instalados utilizan tan s¨®lo los dos ¨²ltimos d¨ªgitos para registrar una fecha. Por tanto, no ser¨¢n capaces de distinguir si el 00 se refiere al a?o 1900 o al 2000.
Los nuevos tecnopredicadores anuncian que si no se hacen las oportunas modificaciones el 99% de los sistemas de informaci¨®n actualmente en funcionamiento fallar¨¢n. Entonces aparecer¨¢n errores en el c¨¢lculo de la edad de un cliente de banca y, por consiguiente, en la percepci¨®n de su jubilaci¨®n. O en el funcionamiento de los sistemas que calculan la evoluci¨®n de los tipos de inter¨¦s. O en todos aquellos que se basan en la organizaci¨®n cronol¨®gica de la informaci¨®n.
El tiempo pasa y el final de siglo est¨¢ cerca. Sin embargo, todav¨ªa hay una oportunidad para la salvaci¨®n y un ej¨¦rcito de nuevos hechiceros dispuestos a ense?ar el camino.
Los nuevos brujos de la inform¨¢tica apremian para que empresas y Gobiernos se dejen asesorar por ellos. Vienen en su mayor¨ªa de Estados Unidos, y algunos, menos, de Jap¨®n. "El enemigo ahora no es el dinero, es el tiempo", asegura Marcoccia, consciente de que en un par de a?os esta faceta de su negocio se habr¨¢ terminado.
"Hace seis a?os tuve que pagarme hasta el caf¨¦ que tom¨¦ durante una conferencia como ¨¦sta, patrocinada por una compa?¨ªa francesa. Ahora me ofrecen 8.000 d¨®lares [casi 1,2 millones de pesetas]", reconoce. Su charla dura una hora y media, "aunque en ocasiones me dejan s¨®lo 15 minutos". Los mismos que salvaron la vida de una anciana brit¨¢nica tras un error al interpretar el cambio de siglo. Sencillamente, cuenta el guru, la mujer crey¨® que 00, bajo el ep¨ªgrafe fecha de caducidad de su medicina diaria, significaba que hab¨ªa caducado. Ese d¨ªa no tom¨® sus pastillas y hubo de ser trasladada urgentemente al hospital.
No todas las m¨¢quinas van a interpretar correctamente el cambio, pero tampoco existe la certeza de que, llegado el fat¨ªdico momento, los sistemas readaptados respondan como es debido. Por eso los entendidos como Marcoccia recomiendan empezar a trabajar ya y se ofrecen como doctores del cambio: "Ofrecemos una soluci¨®n completa y experimentada, combinando metodolog¨ªa, servicios de consultor¨ªa y herramientas que permiten a las organizaciones estimar, planificar e implantar la soluci¨®n para el a?o 2000". Con el compromiso garantizado de acabar un a?o antes para poder realizar las pruebas.
En medio de este regreso al pasado, Bill Gates, que del asunto sabe un rato, ha pedido calma desde un art¨ªculo publicado en EL PA?S: "Lo bueno es que la mayor¨ªa de los usuarios de ordenadores personales no se ver¨¢n afectados. No deber¨ªa haber muchos problemas con los programas actualizados para PC".
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