Dos siglos frente a frente

La consagraci¨®n de la primavera fue recibida con protestas el d¨ªa de su estreno parisiense en 1913, pero en aquella fecha, hoy y ma?ana, La consagraci¨®n supone algo absolutamente genial que parece estrenarse cada vez que se interpreta. Stravinski, en sus conocidas memorias, nos habla de c¨®mo pens¨® en un "gran rito sacro y pagano" pero Vonk construy¨® una poderosa liturgia administrativa. No fue adecuado para la obra el sonido que el maestro arranca a su estupendo conjunto y el c¨ªrculo de los viejos sabios en tomo a la elegida, no sugiri¨® misterio ni geometr¨ªa digna de tener en cuenta y con el necesario tir¨®n incisivo y encantatorio. Esta Primavera m¨¢s que consagrada qued¨® desacralizada.Las cosas fueron distintas en Mendelssohn y su Concierto en mi menor (ascendido a mayor en el programa) pues se contaba como solista con el ruso/estadounidense Shlomo Mintz (Mosc¨², 1957), un violinista expresivo y elegante, virtuoso y hacedor de muy bello sonido. Su magn¨ªfico instrumento guadagnini, de 1752, se tom¨® veh¨ªculo de alta calidad para los pentagramas mendelssohnianos.