Parque jur¨¢sico

El portavoz de imagen de la confederaci¨®n taurina que llaman CAPT ha declarado que ellos quieren una fiesta mederna; los aficionados y cr¨ªticos retr¨®grados, el parque jur¨¢sico. La CAPT nos ha salido protohist¨®rica y zo¨®loga.Llaman parque jur¨¢sico, por lo que parece, a un toro de cierta casta que sali¨® y Vicente Barrera no pudo con ¨¦l; fiesta moderna al resto del vacuno sacrificado ayer y todos los d¨ªas en Valencia, a la ternera coloradita que le correspondi¨® a Rivera Ord¨®?ez, al burro mocho que mug¨ªa a Joselito o a la ratita con la que Barrera se atrevi¨® a pegar pases.

Joselito estaba sin estar en ¨¦l. Podr¨ªa decirse que viv¨ªa sin vivir en s¨ª. Joselito le dio al primer inv¨¢lido unos pases sentado en el estribo, los remat¨® mediante una espesa teor¨ªa de mantazos, y sin tener en cuenta la mansedumbre querenciosa del animal, se lo llev¨® a los medios y le endilg¨® un molinete. Los aires del molinete al inv¨¢lido le dieron alas y al ver los espacios abiertos, trot¨® hacia las tablas. Sigui¨® una sorda pugna, una especie de di¨¢logo para besugos: Joselito quer¨ªa pegar derechazos en los medios, el inv¨¢lido los prefer¨ªa en el tercio.

La terquedad del inv¨¢lido dobleg¨® a Joselito y estuvo diez minutos de reloj instrumentan do pases inconexos y destemplados. Tales formas contradec¨ªan la fama de maestro que le han dado y esa condici¨®n de as de espadas que asimismo le atribuyen tambi¨¦n la desminti¨® cobrando un escandaloso bajonazo. Al cuarto, desmochado y buey, le tent¨® ambos mu?ones, destempl¨® par de pases y lo mat¨® a la ¨²ltima. Vaya tarde la de Joselito.

Rivera Ord¨®?ez exhibi¨® una apostura magnificente pero con aquellos vacos que le echaron no cuadraba la escenograf¨ªa. Si llega a salir vestido de pastor habr¨ªa estado m¨¢s a tono. El ternerillo que hizo tercero apenas embest¨ªa y no lo pudo torear. Al sexto tampoco mucho y resolvi¨® ponerse tremendista. Para qu¨¦ quer¨ªan m¨¢s los valencianos. Un torero tremendista que pega molinetes de rodillas les brinda motivos sobrados para pedir la oreja, que es lo que de verdad les gusta. Y la pidieron' S¨®lo que el presidente no la concedi¨®.

Sufri¨® mucho la afici¨®n con los sobresaltos de Vicente Barrera cuando le arroll¨® su primer toro al recibirlo -¨²nico que sac¨® casta- y cuando despu¨¦s ve¨ªa venir sus serias embestidas. Entre acosos y respingos, err¨¢ticos cites y violentos enganchones, el toro le desbordo en todos los frentes, Barrera se desquit¨® con el quinto, que era una mona. Con el quinto pudo mantener la verticalidad y pese a que daba medios pases sin demasiado temple, su larga faena justific¨® la oreja y el valencianismo respir¨® tranquilo.

El toro moderno se dej¨®; el jur¨¢sico, no. El portavoz de imagen de la CAPT seguramente se sentir¨¢ cargado de raz¨®n. Aunque seg¨²n se mire pues, en realidad, ha nombrado la bicha. Llega a existir la CAPT en los tiempos del jur¨¢sico, y los diplodocus y restantes animalitos de Dios de aquel periodo duran un cuarto de hora. A las pruebas nos remitimos: unos cuantos criadores de toros de lidia han aniquilado el toro de lidia. Si ser¨¢n brutos.

Tan codiciosos y caciquiles como irresponsables e ineptos, quieren encima legalizar la fechor¨ªa. Y amenazan con dejar Sevilla sin feria, Espa?a sin toros. Bueno, pues que no haya toros, si es necesario pagar semejante precio. En Sevilla y en Espa?a se vive muy ricamente con toros y sin ellos. En Sevilla y en Espa?a se vive muy ricamente sin las maniobras de los Domecq, de los Sebasti¨¢n de Erice, de los G¨®mez Navarro, de los Lozano y de los Chopera. Incluso mejor.