El primer ministro alban¨¦s viaja al sur para negociar con los comit¨¦s de rebeldes
El primer ministro alban¨¦s, Bashkim Fino, viajar¨¢ hoy al sur del pa¨ªs para convencer al autodenominado Comit¨¦ de Salvaci¨®n Nacional, que representa a 14 de las localidades sublevadas contra el presidente Sali Berisha, de que Albania no tiene otra salida que la negociaci¨®n y la entrega de las armas por los ciudadanos. La misi¨®n europea que se encuentra en el pa¨ªs balc¨¢nico para ayudar a restablecer el orden y asegurar una inmediata ayuda humanitaria y econ¨®mica estuvo ayer en Durres y Valona para analizar la situaci¨®n pol¨ªtica con representantes de los rebeldes y calibrar los estragos causados por varias semanas de anarqu¨ªa e insurrecci¨®n civil armada. Los rebeldes exigen la dimisi¨®n de Berisha esta semana.El jefe del Gobierno dijo el lunes a EL PA?S que negociar¨¢ con los rebeldes sure?os y que ¨¦stos "tendr¨¢n la oportunidad de defender sus propias ciudades". Los representantes de los comit¨¦s ciudadanos que agrupan a las localidades sublevadas han asegurado que no entregar¨¢n las armas -fruto del pillaje en cuarteles y comisar¨ªas- mientras Ber¨ªsl¨ªa no abandone la jefatura del Estado, para lo cual le han dado -de plazo hasta ma?ana jueves. Fino -miembro del Partido Socialista, durante cinco a?os el m¨¢s importante de la oposici¨®n- fue hasta el a?o pasado alcalde de Gjirokaster, sede del Comit¨¦ de Salvaci¨®n Nacional erigido por los insurrectos para ser parte negociadora,
La misi¨®n de expertos de la Uni¨®n Europea, cuyo Consejo, de Ministros descart¨® la semana pasada una intervenci¨®n militar en Albania, ha discutido separadamente en Tirana con Fino y el presidente Berisha el marco de la ayuda para rescatar al pa¨ªs surbalc¨¢nico del abismo al que le ha llevado el caos pol¨ªtico y social arrastrado desde enero.
En Durres se siguen agolpando centenares de desesperados que aguardan la salida de cualquier embarcaci¨®n que les saque de Albania. Los propietarios de innumerables bares y restaurantes que bordean la playa duermen en ellos por miedo al asalto de las personas que merodean en busca de una oportunidad para huir. Algunos han entregado todos los v¨ªveres de sus despensas a los que acampan en las cercan¨ªas, para intentar evitar el saqueo. La gente se echa al agua en cualquier artilugio flotante, casi siempre sin motor, con la esperanza de ser recogidos por alg¨²n barco. Italia, y Grecia han recibido ya alrededor de 12.000 refugiados albaneses. Algunos han pagado hasta 80.000 pesetas para poder subir a un barquichuelo.
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