La 'nueva' pol¨ªtica del agua
La diputada socialista critica la ausencia de una pol¨ªtica hidr¨¢ulica y prioridades en este sector en el Ministerio de Medio Ambiente
Tras casi un a?o de gobierno, el Ministerio de Medio Ambiente ha dado ya pruebas concretas de la inexistencia de una voluntad pol¨ªtica definida en materia hidr¨¢ulica y, en particular, de la inexistencia de prioridades ambientales en esta materia. M¨¢s all¨¢ de las grandilocuentes declaraciones de principios sobre los nuevos criterios que iban a inspirar la pol¨ªtica del agua eficacia, di¨¢logo, rigor y de una continua descalificaci¨®n de lo llevado a cabo en esta materia por Gobiernos anteriores, los hechos reales son los siguientes:1. En los Presupuestos Generales del Estado de 1997 se ha producido una dr¨¢stica disminuci¨®n de la inversi¨®n p¨²blica en general, que, en el caso concreto de la inversi¨®n ligada a la pol¨ªtica del agua -obras hidr¨¢ulicas, depuradoras, conservaci¨®n y mejora de cauces, control de calidad de las aguas- ha ca¨ªdo en casi 60.000 millones (le pesetas respecto a 1996. De hecho, durante el presente ejercicio s¨®lo se prev¨¦ ejecutar -y con dificultades presupuestarias ciertas- aquellas obras ya licitadas o contratadas.
2. La titular del departamento ha anunciado que esta disminuci¨®n de la inversi¨®n p¨²blica se ver¨¢ ampliamente compensada mediante incentivos a la iniciativa privada (aportaciones al capital de empresas mixtas, para lo que el ministerio dispone de 45.000 millones de pesetas, en el cap¨ªtulo 8, de su presupuesto) y otras f¨®rmulas de financiaci¨®n extrapresupuestarias (concesi¨®n administrativa, obras con' pago diferido).
Este conjunto de actuaciones son ya posibles a partir de las disposiciones contenidas en la Ley de Acompa?amiento de los Presupuestos de 1997 -en las que se prev¨¦ incluso que las confederaciones hidrogr¨¢ficas participen en, el capital de empresas concesionarias de obra hidr¨¢ulica-, pero, en la pr¨¢ctica, no se ha producido todav¨ªa el menor avance.
Es m¨¢s, sobre la previsi¨®n de distribuci¨®n territorial de estas actuaciones, sobre el contenido concreto de las mismas o los costes para los usuarios de las obras, la ministra se ha negado, en el Parlamento de la naci¨®n, hasta la fecha, a dar explicaciones o a asumir compromisos. Cabe resaltar, por ejemplo, que dif¨ªcilmente se podr¨¢ contar con la iniciativa privada para llevar a cabo determinadas inversiones prioritarias desde el punto de vista ambiental (por ejemplo, restauraci¨®n de cauces, control de avenidas o vigilancia de la calidad del agua), ya que en estos supuestos resulta dif¨ªcil rentabilizar la inversi¨®n privada, mediante la repercusi¨®n de su coste hacia los usuarios.
3. Una cuesti¨®n especialmente preocupante es la ralentizaci¨®n del Plan Nacional de Depuraci¨®n de las aguas residuales, aprobado en 1995, y qu¨¦ debe permitir el cumplimiento de las exigencias europeas en esta materia en el horizonte final del a?o 2005. Los acuerdos establecidos en 1995 entre el anterior Gobierno y las 17 comunidades aut¨®nomas comportaban el compromiso de una aportaci¨®n anual del orden de unos 40.000 millones de pesetas, con cargo al Ministerio de Medio Ambiente y al Fondo de Cohesi¨®n de la UE. Dado que en 1997 s¨®lo se prev¨¦n. 15.000 millones de pesetas en el presupuesto del citado ministerio, los calendarios de cumplimiento de este plan peligran -en el a?o 1998 hay que alcanzar ya determinados objetivos, absolutamente alejados -en el caso de Cantabria, Galicia o el Pa¨ªs Vasco-, y con ello las propias ayudas europeas vinculadas a esta finalidad.
4. Tras varias denuncias desde el PSOE y otros grupos pol¨ªticos y sociales, la ministra de Medio Ambiente parece dispuesta a poner sobre la mesa el borrador de la reforma de la Ley de Aguas, en la que un reducido grupo de personas viene trabajando durante los ¨²ltimos meses. Las filtraciones posibles, a pesar del extremo secretismo en torno a este texto han permitido conocer las intenciones ministeriales, muy discutibles, sobre la creaci¨®n del mercado del agua. Las f¨®rmulas de movilizaci¨®n de las concesiones que dan derecho al uso del agua se inspiran en el ejemplo de California, donde este tipo de transacciones, en realidad, apenas afectan al 2% del consumo total de agua. Tambi¨¦n aqu¨ª, como en el caso de la financiaci¨®n extrapresupuestarias, resultan inciertos los efectos en t¨¦rminos de coste para los usuarios, as¨ª como en t¨¦rminos de satisfacci¨®n de necesidades a nivel territorial.
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