'Xena': el retorno de las amazonas
Se ha convertido en una serie de culto en la televisi¨®n nortemericana en menos de dos temporadas
Los verdaderos fen¨®menos televisivos aparecen sin anunciarse, y en m¨¢s de un caso, como en Xena -estrenada la semana pasada en TVE-1-, sin que nada hiciera prever al principio ese culto que en apenas temporada y media ha conseguido pisarle los talones al de los hoy venerables trekkies. Convenciones, fanzines, tebeos, dibujos animados, grupos de estudio, jugueter¨ªa... han hecho de Xena una moda que llega hasta las pasarelas, y un tebeo viviente con la hero¨ªna m¨¢s ambigua vista por televisi¨®n, tan prol¨ªfica en su f¨¢brica de xenitas, sus adictos, como en la multiplicaci¨®n de sus p¨¢ginas abiertas en Internet.El personaje apareci¨® brevemente en tres episodios emitidos en abril de 1995 y bast¨® para que la nominada princesa guerrera se quedara con el personal y tomara vida propia. Su poder de convocatoria supera hoy al de H¨¦rcules, con quien comparte no s¨®lo convenciones de seguidores (hay buena entente entre xenitas y herculitas) sino su vocaci¨®n de defensor de los oprimidos en el escenario mitol¨®gico y legendario del mundo antiguo. Un mundo definido gen¨¦ricamente como aquel tiempo en el que "los dioses eran crueles y hac¨ªan sufrir a la humanidad", y tomado en todo caso con tal despreocupaci¨®n que uno puede saltar sin red de un siglo a otro, de la academia de Atenas a la guerra de Troya, de un escenario medieval a un trozo del filme Espartaco, de una est¨¦tica primitivista a otra de tipo nazis "neo-ninja". La enciclopedia xenaica ya ha acu?ado un t¨¦rmino, el acr¨®nimo YAXI (Yet Another Xena Inconsistency) que refiere anacronismos y contradicciones en su xenaverso, esto es, el universo intemporal de Xena, obra exclusiva de sus relajados creadores.Pero lo que verdaderamente llena de ch¨¢chara m¨¢s o menos ilustrada convenciones y p¨¢ginas en la web (hay una asociaci¨®n internacional de estudios sobre Xena: lAX) es la ambig¨¹edad sexual de la hero¨ªna (Lucy Lawiess) y de su inseparable compa?era Gabrielle (Renee O'Connor), princesa de las amazonas, y seg¨²n la leyenda del tebeo, "inspiraci¨®n ¨²nica de Homero". Desde quien la identifica con el Heathcliff de Cumbres borrascosas a quien indaga el misterio de sus or¨ªgenes para mayor lustre y gloria de la teor¨ªa homoer¨®tica. Los f¨ªsicos robustos de ambas y las habilidades como luchadora de Xena -entre Jackie Chan y American gladiators-, son matizados por el vestuario a lo Barbarella de la hero¨ªna, con tantas tachuelas y cuero en su bustier como tirabuzones, volteretas y acrob¨¢ticos saltos exhibe en las escenas de acci¨®n. Con el especulado lesbianismo de la protagonista, se juega a nadar y guardar la ropa, por no perder a la audiencia familiar, un pilar consistente dentro de la sorprendentemente dispar audencia de la serie. En un episodio Gabrielle es besada por Xena, pero cuando abre los ojos comprueba que se trata en realidad de un hombre que lleva dentro "su esp¨ªritu". En otro, la hero¨ªna se cuela en un concurso de belleza e intercambia un largo beso con la ganadora... en realidad una drag queen. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
Los efectos especiales y la posproducci¨®n merecen un cap¨ªtulo aparte. Como es una serie barata, los trucajes de monstruos, dioses y bestias tienen su encanto m¨¢s cercano al de las pel¨ªculas de Steve Reeve o de Ed Wood que al Jur¨¢sico de Spielberg. La direcci¨®n art¨ªstica (Robert Gillies) y el vestuario (Ngila Dickson: la dise?adora de Heavenly Creatures), del que se sacan alrededor de 70 vestidos originales a la semana, han creado una est¨¦tica muy particular que ha merecido la atenci¨®n de revistas especializadas como Art Forum.
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