El Bar?a encarga el billete para la final

El Bar?a encarg¨® anoche en Las Palmas el billete para la final de Copa. Los azulgrana sacaron petr¨®leo de sus mejores acciones. Su efectividad fue tremenda. El dominio canario durante una hora de partido result¨® est¨¦ril. Vivi¨® el equipo azulgrana de dos acciones concretas: un penalti de Ronaldo y un gol de Pizzi tras un error de Manolo. Los dos tantos hundieron al Las Palmas y entonces el Barcelona sentenci¨® con otros dos.El partido qued¨® parado como un di¨¢logo entre la delantera del Bar?a y la zaga del Las Palmas. Robson puso en la cancha a toda la artiller¨ªa -Luis Enrique, Pizzi, Ronaldo y Stoichkov- y Castellano respondi¨® con una formaci¨®n de corte m¨¢s defensivo. El discurrir inicial del choque, sin embargo, se sali¨® del gui¨®n previsto. Los canarios tomaron la iniciativa ante el despiste azulgrana.

Ausente Guardiola, el colectivo barcelonista se perdi¨® por el campo. Vivi¨® el equipo s¨®lo del f¨²tbol penetrante de De la Pe?a y del desmarque de Ronaldo. Sometido Lo Pelat a una vigilancia muy intimidatoria por parte de Samways, el Bar?a apenas remat¨® a porter¨ªa en el primer tiempo. Pero sac¨® un buen rendimiento. Los tres disparos de Ronaldo se saldaron con un gol.

El tanteo fue esquivo con el juego del Las Palmas. Tanto Manuel Pablo como Flores entraron con comodidad por el flanco izquierdo del ataque local, y hubo incluso un remate al travesa?o. El equipo de Castellano tuvo un mayor control del partido, le dio un ritmo cansino, a su gusto, que destempl¨® a los barcelonistas. El Bar?a cay¨® en la trampa y se durmi¨® largo tiempo. Incluso en la posesi¨®n del cuero fue superior un conjunto canario mucho m¨¢s puesto en el partido.

El arranque de la segunda parte no cambi¨® para nada el paisaje de la contienda. El Las Palmas continu¨® dominando, pero sin remate. El Bar?a, por el contrario, se encontr¨® con un segundo gol. Un regalo del meta Manolo. Robson aprovech¨® entonces la coyuntura para dar entrada en el campo a Guardiola. El medio centro recondujo el partido hasta sentenciar la eliminatoria con gran simplicidad.

Los canarios, crispados por el arbitraje, insistieron en sus ataques hasta quedar extenuados. El Barcelona jug¨® con una punta de gas, protegiendo el cuero, enfriando el encuentro, muy a su gusto, y acabaron firmando su s¨¦ptimo partido sin perder. La superioridad azulgrana en el segundo tiempo result¨® incuestionable y confirm¨® la mejor¨ªa del juego iniciada precisamente aquella m¨¢gica noche en que elimin¨® al Atl¨¦tico de Madrid con cinco goles.