EE UU interviene para detener la Intifada
J¨®venes palestinos de Ramala se sumaron ayer por la tarde a los alzamientos de Bel¨¦n y Hebr¨®n y rompieron las barreras de la polic¨ªa palestina para mostrar su odio al Gobierno derechista de Benjam¨ªn Netanyahu arrojando piedras y botellas a las caras de los soldados del Ej¨¦rcito israel¨ª. Este primer enfrentamiento serio en Ramala ampl¨ªa el cuadro del conflicto que Estados Unidos est¨¢ tratando de desactivar desde anoche con la llegada a Rabat de Dennis Ross, el enviado especial de la diplomacia norteamericana para Oriente Pr¨®ximo, antes de viajar a Jerusal¨¦n.
Dennis Ross se entrevistar¨¢ hoy en Rabat con el presidente palestino, Yasir Arafat, reci¨¦n llegado desde Bangladesh. Ser¨¢ un llamamiento a la calma. Ayer, los palestinos de Bel¨¦n sentaron un precedente al quemar junto a la bandera israel¨ª una estadounidense con la palabra "veto" garabateada en negro.Incorporar a Ramala al circuito de manifestaciones contra la pol¨ªtica expansionista israel¨ª en Jerusal¨¦n no fue dif¨ªcil. Fuentes sanitarias de Ramala dijeron que entre la veintena de hospitalizados hab¨ªa un herido "muy grave". Se aproximaba anoche la posibilidad de que se produzca la primera muerte desde que Netanyahu abri¨® la batalla al enviar tractores para allanar el terreno donde se va a construir un nuevo barrio jud¨ªo en la colina de Abu Ghneim, en el Jerusal¨¦n ¨¢rabe.
A estas alturas, basta un entierro, un accidente de tr¨¢fico, una sorpresa o una locura como las que suelen ocurrir con frecuencia en Tierra Santa, para catapultar este conflicto apasionado y callejero a una dimensi¨®n que los palestinos y los israel¨ªes de a pie no quieren.
El enfrentamiento de ayer en Bel¨¦n rompi¨® los esquemas de la campa?a que soldados israel¨ªes y chavales palestinos libran tenazmente a las puertas de la fortificada Tumba de Raquel. Despu¨¦s de siete d¨ªas de batallas intifadescas, los j¨®venes est¨¢n demostrando ingenio. Varios de los combatientes palestinos (colegiales y universitarios), llevaban ayer m¨¢scaras de gas. Otros recurr¨ªan al arte del habibismo, la invocaci¨®n del cari?o, para que los polic¨ªas palestinos les dejaran hacer lo que ellos mismos, en sus tiempos, durante la primera Intifada, hicieron: rebelarse y tirar piedras contra los israel¨ªes.
Este ¨²ltimo recurso psicol¨®gico de los muchachos dur¨® hasta que el coronel palestino Yibril Rayub, el pol¨¦mico jefe de la polic¨ªa de Arafat en Cisjordania sobre quien la propaganda israel¨ª se ha volcado para ilustrar "la incapacidad" y el folclore palestinos, lleg¨® con sus hombres en un ruidoso convoy de todoterrenos e instal¨® su cuartel general en Bel¨¦n en el sal¨®n m¨¢s amplio del Hotel Para¨ªso.
Sin cumplir 15 a?os
Rayub llevaba traje civil. Su aspecto era grave. La primera orden que dio fue la de evacuar una esquina controlada por una treintena de chavales a menos de 10 metros de las l¨ªneas israel¨ªes. Ninguno de ellos hab¨ªa cumplido 15 a?os. Jugaban a ver qui¨¦n era el m¨¢s atrevido. Por eso se ve¨ªan esas peque?as figuras zigzaguear, estirar los tirachinas, agitar la honda y largar piedras gritando algo en plena fuga sobre un asfalto cubierto de cartuchos de gas lacrim¨®geno.Rayub despach¨® a sus mejores hombres para formar una "represa humana en movimiento" (al menos ¨¦sa era la traducci¨®n de la operaci¨®n en ¨¢rabe) y los polic¨ªas, que avanzaron con m¨¢s gritos que empujones, consiguieron neutralizar y evacuar el punto de fricci¨®n. "Yala chabab!, yala chabab!" (?vamos, chicos!), se desga?itaron instando a los chavales a aceptar una derrota y largarse a almorzar a las casas de sus padres. Estaban los palestinos en esa onda de retirada familiar y repliegue estrat¨¦gico cuando los israel¨ªes lanzaron una andanada de gases contra controladores y controlados. Eran las 13.20 horas.
Uno de los polic¨ªas palestinos lloraba, tos¨ªa y escup¨ªa junto con los j¨®venes manifestantes atrapados detr¨¢s de un taller mec¨¢nico. De repente vio a un conocido fot¨®grafo brit¨¢nico que, aparte de un casco de motociclista y un chaleco antibalas, se hab¨ªa forrado la cara con una m¨¢scara antigas blanca encontrada en una estaci¨®n de polic¨ªa saqueada recientemente en Tirana, y le dijo: "Yo quiero una de ¨¦sas".
Ross, tras entregar hoy el mensaje del presidente Bill Clinton a Arafat, har¨¢ lo propio en Jerusal¨¦n con el primer ministro israel¨ª a quien propondr¨¢ la tregua en las condiciones del presidente palestino, lo cual promete involucrar al experimentado mediador estadounidense en una empresa sin fin aparente. Benjam¨ªn Netanyahu no va a dar su brazo a torcer.
["Confio en que Ross logre lo ¨²nico que puede salvar el proceso de paz y que es un cambio de postura por parte de la Autoridad Palestina sobre el asunto del terrorismo y la seguridad", manifest¨® a la agencia Reuter David Bar Illan, uno de los m¨¢s cercanos consejeros de Netanyahu.]
Abundan las expresiones de que en el inundo ¨¢rabe se pierde la confianza en el papel neutral de Estados Unidos en Oriente Pr¨®ximo. El m¨¢s admirado caricaturista de la prensa ¨¢rabe, el palestino Mahmud Jalil, puso en el circuito digital su impresi¨®n de la parcialidad estadounidense en la p¨¢gina editorial del diario pan¨¢rabe As Sharq Al Aw-sat, que se publica en Londres. Mostraba: a uno de los s¨ªmbolos m¨¢s sacrosantos de Estados Unidos, la Estatua de la Libertad, compartiendo la vi?eta con el esqueleto de un pez en un basurero de Manhattan.
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