El Frente Nacional propone la expulsi¨®n de Francia de tres millones de extranjeros
El Frente Nacional (FN) franc¨¦s se situ¨® ayer en orden de batalla para las elecciones legislativas del a?o pr¨®xima. El fundador y l¨ªder carism¨¢tico, Jean-Marie Le Pen, fue reelegido presidente por aclamaci¨®n. Y el programa electoral, una mezcla imposible de liberalismo, proteccionismo y xenofobia, qued¨® casi definitivamente perfilado: supresi¨®n del impuesto sobre la renta, expulsi¨®n de tres millones de extranjeros, salario para las madres, plena soberan¨ªa nacional y fortalecimiento del Estado de bienestar social componen la oferta del mayor partido neofascista de Europa.
Grandes burgueses como Le Pen, parejas de clase media, algunos obreros y desempleados, viejos tradicionalistas y nuevos "revolucionarios", antiguos nazis y gaullistas desenga?ados: hay de todo, incluso un joven negro siempre en primera fila, entre los 2.200 delegados de congreso del FN. Lo que naci¨® en los a?os setenta como una agrupaci¨®n de grup¨²sculos marginales se ha convertido en un aut¨¦ntico partido fascista, ya que abarca todas las clases sociales y moviliza a grandes masas. Hoy, en su congreso de Estrasburgo, quiere presentarse como "la gran alternativa".La organizaci¨®n, como en los a?os treinta, adopta el modelo del "enemigo" leninista, con un l¨ªder indiscutible y todopoderoso, un peque?o grupo de dirigentes bien coordinados y una formidable maquinaria propagand¨ªstica nutrida de militantes entusiastas. Puertas afuera, el FN esgrime la respetabilidad que le confieren millones de votos.
El esquema de programa electoral aprobado ayer no var¨ªa sustancialmente respecto a las 300 medidas para el renacimiento de Francia adoptadas en 1992. El liberalismo econ¨®mico que asum¨ªa en los a?os ochenta queda definitivamente reemplazado por algo que el FN define como "liberalismo nacional" y que, en realidad, est¨¢ muy pr¨®ximo al estatalismo y al proteccionismo.
Ecuaci¨®n lepenista
El FN es el partido m¨¢s votado por obreros y desempleados (Le Pen compar¨® ayer al partido y a sus electores con "los jud¨ªos de la Alemania nazi y los apestados de la Edad Media"), y mantiene como ariete electoral la f¨®rmula de expulsar a los "extranjeros" para dar trabajo a los "aut¨¦nticos franceses".La ecuaci¨®n lepenista es falsa, ya que los franceses, como comprueban constantemente las grandes empresas de construcci¨®n y saneamiento, se niegan a hacer el trabajo de los inmigrantes. Pero, en la desesperanza, seis millones de electores creen que la expulsi¨®n masiva acabar¨ªa con el desempleo y la delincuencia. El delegado general del FN, Bruno M¨¦gret, que sale del congreso de Estrasburgo consagrado como aut¨¦ntico n¨²mero dos frente a su rival, Bruno Gollnisch, ya tiene pensado el mecanismo de esa soluci¨®n final: "Doscientos extranjeros por avi¨®n, seis aviones por d¨ªa, en menos de siete a?os habr¨ªamos devuelto a su pa¨ªs a tres millones de inmigrantes".
Para las clases populares francesas, el FN tiene otra gran oferta: subir el salario m¨ªnimo de los actuales 5.500 francos hasta 7.000 francos (170.000 pesetas) mensuales. El encarecimiento de los costes laborales no supondr¨¢ un problema, afirma el FN, porque se cerrar¨¢ la frontera a la competencia exterior. Para eso, por supuesto, habr¨¢ que romper con la Uni¨®n Europea y el "mundialismo econ¨®mico", cosa que permitir¨¢ recuperar la "plena soberan¨ªa nacional". La pol¨ªtica familiar se basa en dos propuestas: los padres podr¨¢n votar por sus hijos menores (cuantos m¨¢s hijos, m¨¢s votos) y todas las madres recibir¨¢n un salario para que puedan "consagrarse plenamente a la educaci¨®n de sus ni?os".
Pena de muerte
?C¨®mo podr¨¢ el Estado pagar ese salario maternal, m¨¢xime cuando a las clases medias y altas se les ofrece la supresi¨®n de los impuestos sobre la renta y sobre sucesiones? Ah¨ª el FN desenfunda de nuevo la ecuaci¨®n inicial: todo el mundo trabaja, todo el mundo cotiza a la Seguridad Social, y desaparece el "enorme derroche" que suponen "los subsidios a los extranjeros". Evidentemente, el FN reinstaurar¨ªa la pena de muerte, pero Le Pen es lo bastante astuto como para no proponer la prohibici¨®n del aborto. Se limitar¨ªa, dice, a acabar con su gratuidad.A cierta distancia, se hace dif¨ªcil entender c¨®mo la demagogia del FN ha seducido al 15% de los votantes. Su equivalente ideol¨®gico espa?ol, por ejemplo, es la marginal¨ªsima Alianza para la Unidad Nacional, de Ricardo S¨¢enz de Ynestrillas, invitado al congreso de Estrasburgo.
Las claves son, sin duda, el desenga?o de gran parte de los ciudadanos respecto a la clase pol¨ªtica tradicional, la crisis de la identidad nacional francesa y, a un nivel pr¨¢ctico, el trabajo de los militantes. Mientras los partidos democr¨¢ticos conf¨ªan ciegamente en la televisi¨®n y la publicidad, el Frente Nacional apuesta por el contacto directo: "Un repartidor de folletos en cada esquina, un Le Pen en cada escalera", dice uno de los lemas del Frente Nacional.
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