La conspiraci¨®n entre los tres 'presidentes' mantiene a Ecuador en vilo
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Imposible es la normalizaci¨®n de Ecuador con una econom¨ªa en crisis; un presidente, Fabi¨¢n Alarc¨®n, interino, sin gancho ni fuerza parlamentaria propia; una vicepresidenta, Rosal¨ªa Arteaga, ambiciosa, conspiradora y enfrentada a su superior, y un ex presidente, el extraordinario Abdal¨¢ Bucaram, todav¨ªa activista y fugitivo en Panam¨¢ para evitar su procesamiento por el mismo Congreso que el 6 de febrero dispuso su relevo por enajenaci¨®n mental.
La discutible legalidad de la presidencia de Alarc¨®n, obtenida por mayor¨ªa simple, fue tolerada pues eran m¨¢s temibles las desgracias a la vista de continuar Bucaram, cuyos disparates personales, pol¨ªticos y econ¨®micos sublevaron a la mayor¨ªa de los ecuatorianos.Advertido por los sindicatos y la violenta insurrecci¨®n de febrero, el nuevo Gobierno aten¨²a la dureza de la reconversi¨®n de las empresas p¨²blicas y apertura econ¨®mica aplicadas por la anterior administraci¨®n, modifica contratos y renegocia una deuda externa de 14.500 millones de d¨®lares [dos billones de pesetas]. Temerosa, la inversi¨®n se detuvo. Las Fuerzas Armadas, por su parte, se querellan contra Bucaram porque acus¨® de golp¨ªsta a su jefatura, y tambi¨¦n pleitea la Corte Suprema, que imputa cargos de masiva corrupci¨®n en el ejercicio de cargo p¨²blico al jefe de gabinete y varios de sus ministros. Bucaram, a su vez, reclama lo que cree suyo. Seg¨²n Alarc¨®n, el objetivo de Abdal¨¢ Bucaram y de Rosal¨ªa Arteaga es desestabilizar: "Hay una demanda [del ex presidente] en la cual nos trata de usurpadores y conspiradores y pide orden de prisi¨®n contra el presidente de la Rep¨²blica. Eso es un af¨¢n de destabilizar el pa¨ªs".La fragmentaci¨®ndel sistema pol¨ªtico nacional, demostrado porque los ¨²ltimos siete presidentes pertenec¨ªan a siete partidos diferentes, se ha puesto de nuevo de manifiesto a los dos meses de la defenestraci¨®n de un pol¨ªtico que llev¨® al populismo al esperpento.
Arteaga, ignorada
Arteaga, vicepresidenta con Bucaram y su pareja de baile durante los seis meses de mandato, reaccion¨® comprensiva y mansa cuando el Parlamento le expuls¨®, pero se abr¨ªa las carnes al ser ignorada en la ambicionada sucesi¨®n. Abri¨® fuego contra el Gobierno de Fabi¨¢n AIarc¨®n, al que denost¨® como artero e ilegal, y sigui¨® en ¨¦l. Rosal¨ªa Arteaga se hab¨ªa declarado desde el principio presidenta constitucional, cargo invocado tambi¨¦n por Alarc¨®n y Bucaram. Creciente el enconamiento pol¨ªtico por aquellas fechas, y con las calles en llamas, las Fuerzas Armadas decidieron entre bastidores.El abogado aupado hasta la presidencia por una agrupaci¨®n opositora, a quien el caricaturista local Javier Bonilla imagina vestido de alpinista y "siempre trepando", margina a su subordinada: "Cuando ella est¨¦ adentro del Gobiemo constitucional de Fabi¨¢n Alarc¨®n le podr¨¦ delegar funciones porque ser¨ªa inaceptable, hasta para ella misma, si considera que no es un Gobierno constitucional". De acuerdo con la resoluci¨®n parlamentaria que dio por terminada la crisis, Alarc¨®n continuar¨¢ h¨¢sta el 10 de agosto de 1998, fecha en que ser¨¢ investido el ganador de las elecciones generales.
La tragicomedia desencadenada en el empobrecido pa¨ªs andino por Abdal¨¢ Bucaram, que cedi¨® despachos y responsabilidades a parientes, amigos, y gentes m¨¢s patibularias que incompetentes, encontr¨® ya su veta comercial. Barruntando ¨¦xito de ventas, se editan discos con letras burlescas -La Macarena de Abdal¨¢ es uno de ellos-, y la inspiraci¨®n de los humoristas es a destajo. El periodista Francisco Febres public¨® un libro titulado Tocata, robata y fuga. En ¨¦l consigna su agradecimiento "al excelent¨ªsimo presidente de la rep¨²blica, as¨ª como a todos sus parientes y amigos que ocuparon puestos, sin cuya invalorable ayuda, este libro no hubiera existido".
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