De Minsk a Mosc¨²
LA CONFIGURACI?N de Europa en una "comunidad de comunidades" ser¨ªa una soluci¨®n razonable para estructurar un continente sin divisiones. En una ampliaci¨®n sin l¨ªmites, una organizaci¨®n como la Uni¨®n Europea acabar¨ªa quebr¨¢ndose. Por eso resultar¨ªa positivo que se constituyesen comunidades complementarias. Desde luego, una que incluyera a Rusia. En este sentido, si no fuera porque hunde sus ra¨ªces en otro tipo de planteamientos, el acuerdo de uni¨®n suscrito ayer entre Bielorrusia y la Federaci¨®n Rusa podr¨ªa ser bienvenido y complementario a la existencia de u?a Comunidad de Estados Independientes (CEI) de incierto sentido.En Ios ¨²ltimos d¨ªas previos a su firma, este acuerdo ha perdido fuste, y se ha quedado en una mera declaraci¨®n de intenciones cuyos detalles no han sido todos dados a conocer. Los sectores reformistas que ahora parecen tener en sus manos el poder en Mosc¨² han logrado vaciar de contenido un texto inicialmente much¨® m¨¢s ambicioso. Principalmente, por razones econ¨®micas. Pues una plena uni¨®n -o incorporaci¨®n- de una Biellorusia retrasada en sus reformas econ¨®micas le costar¨ªa demasiado cara a un Estado ruso que ya tiene serias dificultades para pagar salarios y pensiones atrasados. Rusia, que ha perdido el 60% de su PIB oficial en los ¨²ltimos cinco a?os (pese a que el peso del sector privado se tienda a minusvalorar en los datos oficiales), no se puede permitir lujos imperialistas.
Pero detr¨¢s del paso dado ayer hay a¨²n excesivas a?oranzas de este g¨¦nero por parte rusa. La transformaci¨®n de Rusia en un sistema pr¨®spero y democr¨¢tico no se lograr¨¢ hasta que renuncie a ser imperio para pasar a ser pa¨ªs. Gran pa¨ªs, en este caso.
El acercamiento de Bielorrusia a Mosc¨² tiene un precio. Y en este caso quienes lo est¨¢n pagando son los bielorrusos. Mosc¨² ha favorecido en Minsk la opci¨®n autoritaria de Lukashenko, que ha echado por tierra los escasos avances democr¨¢ticos anteriores, con una violaci¨®n sistem¨¢tica de los derechos humanos con la que se ha silenciado a una oposici¨®n casuaImente m¨¢s independentista. Las reformas econ¨®micas no s¨®lo no han avanzado, sino que han retrocedido.
YeItsin se ha decidido a suscribir un acuerdo mucho mas impreciso con Bielorrusia con la excusa de que discuta ampliamente su posible mejora antes de su ratificaci¨®n. Gana tiempo y evita costes. Pero aunque la idea de la uni¨®n entre Bielorrusia y Rusia tiene sus or¨ªgenes en la pol¨ªtica interna rusa de un a?o atr¨¢s -el intento de YeItsin en ¨¦poca preelectoral de lavar su imagen de saboteador de la Uni¨®n Sovi¨¦tica-, el l¨ªder ruso puede presentar el acuerdo de ayer tambi¨¦n como una reacci¨®n anticipada a la ampliaci¨®n de la OTAN.
De consumarse las capitulaciones matrimoniales firmadas ayer por Rusia y Bielorrusia -incluso si llegaran a configurar no ya un nuevo Estado, sino una nueva entidad-, se estar¨ªa creando una frontera de contacto directo en esta zona entre una OTAN ampliada a Polonia y una Bielorrusia atada a Mosc¨². El significado de tal contacto depender¨¢ en buena parte del tipo de relaci¨®n bilateral que estructuren la OTAN y Mosc¨².
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.