Tras la llegada de las plantas transg¨¦nicas
El autor reclama una informaci¨®n transparente sobre las nuevas variedades y un riguroso cumplimiento de las normas de la UE
La agricultura ha sido y es la base de nuestra sociedad, ya que lo es de nuestra alimentaci¨®n, y es posible que en un futuro lo sea por muchas m¨¢s razones. De hecho, los grandes periodos de nuestra civilizaci¨®n coinciden con cambios significativos en la relaci¨®n del hombre con las plantas. Tanto es as¨ª que, de igual forma que se ha transformado nuestra sociedad desde el dominio de la agricultura, tambi¨¦n las plantas se han transformado, en algunos casos hasta convertir en irreconocible lo que debi¨® ser la especie en su estado salvaje. Puede ser que se haya dado un nuevo salto cualitativo en nuestra relaci¨®n con las plantas con la introducci¨®n en el mercado de variedades transg¨¦nicas que por primera vez han llegado a nuestro pa¨ªs.Las plantas transg¨¦nicas son aquellas a las que se les ha modificado el genoma mediante la introducci¨®n de genes previamente aislados en el laboratorio. Su introducci¨®n en el mercado ha producido reacciones de diferentes tipos y probablemente se mezclan en ellas factores de origen muy distinto. Hay por una parte una reacci¨®n frente a todo lo que sea manipulaci¨®n gen¨¦tica, y hay tambi¨¦n datos de posibles efectos en el medio ambiente o, de transmisi¨®n de propiedades de alergia que nos indican que al menos en ciertos casos, puede ser necesario un etiqueta do del producto o unas pr¨¢cticas agron¨®micas determinadas. Un corolario l¨®gico de ello deber¨ªa ser que no pueden generalizarse los efectos de estas plantas en un sentido o en otro, y, que, debe estudiarse su regulaci¨®n caso por caso. Es lo que se est¨¢ haciendo en la mayor¨ªa de los paises occidentales.
Sin embargo el mayor impacto de las plantas transg¨¦nicas puede estar en una dimensi¨®n distinta. Es posible. que, aunque s¨®lo un peque?o por centaje de. los proyectos actual mente en marcha consiga llegar al mercado, su impacto en la agricultura ser¨¢ importante. Junto a la introducci¨®n de resistencias a enfermedades o insectos se est¨¢n consiguiendo, por ejemplo, plantas con una composici¨®n en prote¨ªnas, aceites o az¨²cares pr¨¢cticamente a la carta, y que la producci¨®n de aro mas o aditivos alimentarios sea posible en especies distinta! a las usuales.
Pensemos en el impacto que puede tener la producci¨®n en especies t¨ªpicas de los pa¨ªses templados de productos hasta ahora exclusivos de pa¨ªses c¨¢lidos, como el aceite de palma o de coco, o como sustancias como, la vainilla o el azafr¨¢n, por mencionar algunas.
A m¨¢s largo plazo puede pensarse en utilizar las plantas como productoras decombustibles o pl¨¢sticos biodegradables, como . productoras de nuevos, f¨¢rmacos y. un largo etc¨¦tera. Parecen por tanto justificados al mismo tiempo la, esperanza a que da lugar la introducci¨®n de estas nuevas. variedades y el temor acerca de sus posibles efectos sobre el mercado mundial.
Se han expresado tambi¨¦n te mores acerca de la concentraci¨®n en pocas manos que estas tecnolog¨ªas pueden provocar en el mercado de las semillas y de producciones agr¨ªcolas importantes. En efecto, el proceso de adquisici¨®n de empresas de semillas ha sido, y es, continuo en los ¨²ltimos. a?os, como tambi¨¦n la absorci¨®n por parte de, grandes compa?¨ªas multinacionales de peque?as compa?¨ªas de biotecnolog¨ªa. Esta situaci¨®n es la consecuencia de la aplicaci¨®n de las leyes del mercado a nivel global.
Al mismo tiempo se han producido, conflictos distintas concepciones acerca de lo que puede patentarse y lo que se protege por una patente. Como ha pasado en ciertas patentes del campo biom¨¦dico, probablemente habr¨¢ que recurrir a compromisos entre quienes desean proteger sus derechos de inventores e inversores y quieren y desean mayor libertad en la aplicaci¨®n de t¨¦cnicas y genes.
En nuestro pa¨ªs han ido, apareciendo informaciones y comen tarios de forma continuada desde al menos el inicio de la d¨¦cada de los ochenta, cuando se produjeron las primeras plantas transg¨¦nicas. Durante este tiempo, el inter¨¦s de los medios oficiales y de la mayor¨ªa de los sectores agr¨ªcolas por el tema ha sido muy reducido. Se ha producido un proceso de compra de empresas de semillas por parte de extranjeras que deja un muy reducido n¨²mero de empresas espa?olas.
Se ha necesitado la llegada de grano transg¨¦nico del exterior y campa?as de protesta para llamar la atenci¨®n sobre el tema.
Vista la situaci¨®n, es importante que la informaci¨®n, sobre estas cuestiones fluya con la mayor transparencia y que a nivel legislativo se cumplan los requerimientos de la Uni¨®n Europea. Podr¨ªa ser ¨²til tambi¨¦n, como ha ocurrido en otros pa¨ªses, que se creara alg¨²n foro en el que se debatieran, caso por caso, las modalidades de introducci¨®n de los organismos modificados gen¨¦ticamente. Esto ayudar¨ªa adem¨¢s a que nuestro pa¨ªs tuviera una posici¨®n propia en los debates que se avecinan.
Las tecnolog¨ªas de modificaci¨®n gen¨¦tica de organismos ofrecen nuevas oportunidades para conseguir una agricultura que permita afrontar los retos del mundo superpoblado que se avecina, . exigente con el medio ambiente y con la calidad de los alimentos. Las actuales semillas transg¨¦nicas que llegan a nuestros puertos no son m¨¢s que el primer paso. Es importante que con la mayor transparencia, sin fundamentalismos de ning¨²n .extremo, seamos capaces de sacar el mejor partido posible de estas nuevas posibilidades que se nos ofrecen. Ello obliga a de finir unas reglas del juego con las que, sin vetarse las ventajas que puedan obtenerse de las nuevas tecnolog¨ªas, consumido res y productores se sientan adecuadamente protegidos.
Pere Puigdom¨¨nech es profesor de investigaci¨®n del CSIC.
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