Deprisa, deprisa

La velocidad le ha comido el terreno a cualquier tipo de razonamiento en la l¨®gica de los mercados financieros y los inversores dedican ahora todos sus esfuerzos a estar fuera, o dentro, de los movimientos del mercado lo m¨¢s deprisa posible.Ser los primeros en vender, o comprar antes que nadie, supone salvar las ganancias o multiplicar los beneficios en un momento en el que lo ¨²nico que importa es el rendimiento r¨¢pido. Ayer, todos los esfuerzos se concentraron en conseguir una subida importante que, en el caso de la Bolsa espa?ola, fue del 2,19%.

La deuda se sum¨® tarde al empuje alcista, pero al final de la sesi¨®n la rentabilidad de la emisi¨®n a diez a?os era del 6,90%, cuando hace tan solo cinco d¨ªas estaba en el 7,28%. El diferencial con la deuda alemana se situ¨® en 1,01 puntos. Los analistas volv¨ªan a referirse ayer al eurooptimismo para darle nombre a un proceso en el que, lejos de airearse los problemas inmediatos, lo que se plantea es qu¨¦ hacer en una segunda fase, es decir, una vez puesto en marcha el euro.

Parece evidente que tambi¨¦n en esto se ha conseguido mucha velocidad. El aspecto m¨¢s llamativo de los mercados estuvo, sin embargo, en las divisas, donde el d¨®lar superaba las 144 pesetas y los 1,71 marcos en una temprana aceptaci¨®n de la subida de tipos de mayo.