El Ej¨¦rcito zaire?o recibe la orden de no combatir ante la llegada de los rebeldes a Lubumbashi
El pen¨²ltimo clavo en el ata¨²d pol¨ªtico del presidente Mobutu Sese Seko est¨¢ a punto de ser clavado. El propio mando del Ej¨¦rcito zaire?o en Lubumbashi, la segunda ciudad del pa¨ªs y capital de la rica regi¨®n minera de Shaba (la antigua Katanga), recibi¨® ayer la orden de no presentar batalla y las unidades enarbolaron bandera blanca en una ciudad dispuesta a pasarse a los rebeldes de Laurent Kabila, que ya controlan un tercio de Zaire. Kabila fue recibido ayer entre v¨ªtores por miles de manifestantes en Mbuji-Mayi, la capital de la vecina Kasai Oriental, la principal regi¨®n diamant¨ªfera.
La capital de la antigua Katanga, el verdadero pulm¨®n econ¨®mico tanto de la antigua colonia belga de Congo como del Zaire de Mobutu, est¨¢ a punto de cambiar de manos. As¨ª lo anunci¨® ayer de forma reiterada la radio local con su "bienvenidos" dirigido a las tropas de Kabila, que ayer conquistaron Kipushi, al suroeste de Lubumbashi. Tan s¨®lo 15 kil¨®metros separaban anoche a las unidades de la Alianza de Fuerzas Democr¨¢ticas de Liberaci¨®n de Congo-Zaire del extrarradio de Lubumbashi, una ciudad de m¨¢s de 700.000 habitantes."Cambiamos de bando. Estamos preparados para la llegada de Kabila", declar¨® el sargento Kafua Otamba, de la 21? brigada. "Ya hemos tenido bastante en los ¨²ltimos 30 a?os. Hay que librarse de Mobutu. Ni nos pagan ni tenemos comida". Los Pocos soldados a la vista en las calles de Lubumbashi enarbolaban ayer banderas blancas en una ciudad casi desierta, con los comercios y los colegios cerrados y el tr¨¢fico a¨¦reo suspendido. Estampidos de mortero se oyeron ayer junto al aeropuerto, situado a 10 kil¨®metros.
Kabila, en Kasai
Algo m¨¢s al noroeste, en Mbuji-Mayi, capital de la provincia diamant¨ªfera de Kasai Oriental, ca¨ªda hace tres d¨ªas en manos de la imparable rebeli¨®n encabezada por los banyamulenges (tutsis zaire?os) en octubre pasado, un reactor depositaba a Kabila. La noticia corri¨® como la p¨®lvora, y una muchedumbre se extendi¨® a lo largo de la carretera entre el aeropuerto y el centro de la ciudad para recibir al l¨ªder rebelde en medio de gritos de "derrocar, derrocar": un claro mensaje destinado al presidente Mobutu, el dictador zaire?o que desde hace 32 a?os ha convertido la rica colonia belga en su finca particular.La ca¨ªda de Mbuji-Mayi el pasado viernes sigui¨® la misma t¨®nica que la guerra rel¨¢mpago que ha llevado a las tropas de Kabila a ocupar en cinco meses una superficie equivalente a toda Espa?a: el anuncio de la llegada de los rebeldes puso en fuga a la nada aguerrida tropa de Mobutu, que saque¨® lo que pudo y puso pies en polvorosa.
Mientras decenas de miles de refugiados hutus empezaban a aflorar de la selva en el llamado kil¨®metro 82, al sur de Kisangani, agotados y hambrientos despu¨¦s de seis meses de vagar por el interior de Zaire huyendo del avance rebelde, la presi¨®n internacional sobre Kabila logr¨® la luz verde para que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) siguiera adelante en su plan de repatriarlos por v¨ªa a¨¦rea. Muchos de ellos hab¨ªan servido de escudo a los despojos del Ej¨¦rcito hutu y sus milicias, responsables del genocidio de centenares de miles de tutsis y hutus moderados en Ruanda. La ONU envi¨® ayer dos aviones con alimentos a Kisangani para prestar auxilio a los cerca de 80.000 refugiados que se encuentran en las inmediaciones de la capital de Alto Zaire, en manos rebeldes desde marzo.
Im¨¢genes de ni?os agonizantes volvieron a salir a la superficie entre las l¨ªneas que abandona el corrupto y desmoralizado Ej¨¦rcito de Mobutu y la imparable guerrilla de Kabila. Las conversaciones entre el Gobierno de Kinshasa y los rebeldes se mantienen mientras tanto en Sur¨¢frica, aunque el final de la partida est¨¢ cantado. Las tres d¨¦cadas largas de dictadura personal de Mobutu Sese Seko tocan a su fin.
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