'Karaoke'
Cuando Pujol est¨¢ cabreado con Castilla dice a los periodistas: "Hoy tendr¨¦is que hacer karaoke". Le han estado preguntando, en lengua catalana, por el estado del mundo y al final alguien ha dejado caer el estrambote: "?Y ahora podr¨ªa decir lo mismo en castellano?". Cuando le parece, accede y ¨¦l mismo se traduce; cuando no, acude al karaoke: una mano amiga redacta los subt¨ªtulos en castellano. En los peri¨®dicos no hay karaoke, y ese atraso tecnol¨®gico causa problemas: a veces hay que traducir colla de ximples y nadie se atreve a hacerlo por partida de tontos; otras hay que traducir passar per l'adre?ador y se prefiere por razones que aguantar¨ªan otra columna- pasar por el aro a pasar por el tubo.Soy de los que creen que a cualquier palabra en una lengua corresponde otra palabra -u otras palabras- en otra lengua. ?sta es la superioridad que las lenguas presentan respecto, por ejemplo, al risotto con tu¨¦tano, asunto sin correspondencia, absolutamente intraducible. Pero es cierto que el periodismo no suele disponer del tiempo necesario para proceder a esas operaciones ling¨¹¨ªsticas con la abundancia de matices y de espacio que a veces la ocasi¨®n demanda. ?sa es una de las razones que explican la abundancia -crecientede palabras extranjeras en los peri¨®dicos. Sin embargo, y sorprendentemente, en cualquier peri¨®dico espa?ol hay m¨¢s palabras inglesas o francesas que catalanas, o vascas, o gallegas. Cualquier expresi¨®n en estas lenguas es sometida inmediatamante al prurito traductor, con la urgencia con que uno se libera de un absceso. Tan s¨®lo seny sobrevive en catal¨¢n a ese ejercicio de garlopa.
Es una l¨¢stima: dejar algunas expresiones de los pol¨ªticos en su idioma original -y acostumbrar al p¨²blico- ofrecer¨ªa ventajas indudables. Entre ellas, una moral: dificultar las operaciones de doble lenguaje que la traducci¨®n facilita.
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