Una puerta abierta para Tarik

Que Lavapi¨¦s se convierta en un modelo de convivencia entre distintas comunidades. Eso buscan varias asociaciones que trabajan en este c¨¦ntrico barrio de la capital, y que ayer organizaron una, jornada dedicada a los marroqu¨ªes que viven en la zona. El Proyecto Xenofilia, una agrupaci¨®n que se propone fomentar las buenas relaciones entre las gentes del barrio, y Amimun (Amigos del Mundo) invitaron a los m¨¢s peque?os a asistir a una fiesta infantil por la ma?ana. Despu¨¦s de comer, a los adultos, a un t¨¦ con pastelillos ¨¢rabes para que hablaran de los problemas de integraci¨®n en el barrio. Y por la noche, a todos, a un concierto de m¨²sica tradicional marroqu¨ª en un local de la calle de Lavapi¨¦s. "Pretendemos organizar actos para que la gente de distintos colectivos pueda estar junta', explica un miembro de Xenofilia.La mayor¨ªa de los participantes eran marroqu¨ªes, aunque se sumaban tambi¨¦n los espa?oles que viven en este barrio donde tienen su hogar 3.000 personas procedentes de Marruecos. "Intentamos convertir a Lavapi¨¦s en un ejemplo de convivencia. Por las circunstancias que se dan aqu¨ª se puede llegar a unas relaciones mod¨¦licas entre las distintas comunidades. Pero si no lo conseguimos, los problemas surgir¨¢n en poco tiempo", comentaba Roberto L¨®pez, de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos.

Unos 50 ni?os cantaron, bailaron y jugaron desde las doce de la ma?ana en la sede de la Asociaci¨®n de Vecinos La Corrala. Hab¨ªa regalos para todos, donados por comercios del barrio. La fiesta comenz¨® con una peque?a representaci¨®n en la que los ni?os escenificaron, a su manera, los problemas de un emigrante. "Entre los peque?os no suele haber problemas de integraci¨®n, pero los mayores tenemos que ocuparnos de que sigan por el buen camino", apunt¨® Mohamed, de Amimun. Luna, una jovencita de 14 a?os que emigr¨® desde Marruecos con su familia hace dos, bailaba y bailaba. Sobre su frente se le¨ªa el nombre del grupo musical Spice Girls pintado con tiza. Tambi¨¦n hab¨ªa un admirador del Real Madrid, piel casi negra y pelo rizado, que se hab¨ªa disfrazado de Suker. Luna asegur¨® que sus amigos son marroqu¨ªes y espa?oles. "Voy a un colegio del barrio en el que hay de todo", dijo.

En cambio, Kenza, de seis a?os, se relaciona principalmente con espa?olas. Sus padres, ¨¦l marroqu¨ª y ella espa?ola, han elegido para la ni?a un colegio de monjas, tambi¨¦n de Lavapi¨¦s. Kenza entiende la lengua de sus antepasados, aunque no la hable del todo. Sus padres se esfuerzan en que la aprenda. "Lo m¨¢s importante es que entiendan la lengua marroqu¨ª y que tambi¨¦n la escriban", opin¨® la madre de Israel y Tarik, dos hermanos de cinco y cuatro a?os. "Tarik significa el que llama a la puerta", explic¨® el peque?o. "Fue el primer marroqu¨ª que lleg¨® a Espa?a", a?adi¨® su madre. A Ismael le pusieron ese nombre porque existe en la religi¨®n cristiana y en la musulmana.

A todos, a los 50 peque?os de nombres ¨¢rabes y perfecto acento espa?ol, les daba igual bailar m¨²sica de discoteca, ritmos africanos o jugar al corro. Gritaban, corr¨ªan y re¨ªan sin parar. Junto a ellos, los amigos espa?oles que se sumaban a la fiesta. "La convivencia con los emigrantes? Hay de todo", dijo una mujer espa?ola que llev¨® a su hijo de 13 a?os a la fiesta: "Con los que son buenos, es buena; con los que no lo son, es mala. Lo mismo que pasa entre los espa?oles. No hay diferencia".