Un escenario sin barreras para los discapacitados
Natalia Sanz, una joven de 25 a?os con s¨ªndrome de Down, se sinti¨® ayer m¨¢s cerca de su admirado V¨ªctor Ullate. Como el bailar¨ªn, subi¨® a un escenario y sinti¨® un cosquilleo en el est¨®mago ("poco", dice) al abrirse el tel¨®n. Ella y sus 44 compa?eras del centro ocupacional Apadema, dedicado a chicas de 18 a 35 a?os con discapacidades ps¨ªquicas, representaron la obra El diluvio que viene en el auditorio de la Fundaci¨®n ONCE, en Chamart¨ªn.
Todo un esfuerzo colectivo de las chicas y sus seis profesoras que ha llevado m¨¢s de seis meses de preparaci¨®n. Pero el trabajo ha compensado. Las bambalinas y los focos no resuelven sus problemas, pero les ayudan a demostrar que pueden hacer cosas interesantes. Sal¨ªan radiantes tras el calor de los aplausos.
A Elena Luengas, de 29 a?os, una de las protagonistas, en el papel del cura Don Silvestre, se le ve¨ªa realizada. Ama el teatro y le hubiera gustado estudiar arte dram¨¢tico. No podr¨¢ ser, y tendr¨¢ que seguir en un centro de formaci¨®n especial. Pero eso no le hace cejar en el empe?o. "En todos los colegios que he estado he hecho teatro, es lo que m¨¢s me gusta explica esta joven que suele ir a representaciones con su t¨ªa y su prima. "Hemos tenido que memorizar y ensayar mucho, y hay chicas a las que les cuesta m¨¢s; a m¨ª, no demasiado", a?ade esta joven, contenta porque en la obra apenas se ha notado que a veces tartamudea. "Me he relajado y ha salido bien", concluye satisfecha.
Bel¨¦n Alonso, la joven directora del centro, da fe del trabajo realizado. "Hemos preparado la obra por grupos porque, claro, no todas las chicas tienen la misma capacidad", afirma. "Lo que pretendemos no es s¨®lo salir hoy todos muy orgullosos; el teatro sirve para reforzar facetas importantes para aumentar la autonom¨ªa de estas j¨®venes", a?ade. Tal¨ªa es una ayuda en el camino para estas nuevas actrices.
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