Las tabaqueras de EE UU negocian crear un fondo de 43 billones para evitar los pleitos
La Casa Blanca supervisa las conversaciones en Washington
Los m¨¢s altos ejecutivos de la industria tabaquera de Estados Unidos est¨¢n negociando en Washington, con la supervisi¨®n de la Casa Blanca un acuerdo hist¨®rico con fiscales estatales y abogados particulares para que los afectados por fumar, en vez de ir a juicio, tengan acceso a un fondo com¨²n de 300.000 millones de d¨®lares (unos 43 billones de pesetas). Desvelada por el diario The Wall Street Journal y luego recogida por otros medios nacionales, la noticia se considera un punto de inflexi¨®n que puede ser definitivo en la batalla legal sobre el tabaco.
La Casa Blanca est¨¢ supervisando la negociaci¨®n, que incluye otras cuestiones Importantes como la publicidad. Aunque todav¨ªa no se ha alcanzado un acuerdo y no hay declaraciones oficiales, el nivel de los interlocutores que se han sentado a negociar en Washington y de los temas que est¨¢n tratando no tienen precedente.En concreto, los presidentes de Phillip Morris y RJR Nabisco han acudido al inicio de las charlas, que en principio eran secretas, cara a cara con los fiscales generales de seis estados y abogados de particulares que est¨¢n en litigio con fabricantes de cigarrillos por las secuelas que provoca la adicci¨®n al tabaco.
Philip Morris fabrica los cigarros que llevan el nombre de la casa, aparte de las marcas Marlboro, Benson & Hedges y Virginia Slims, entre otras. RJR Nabisco posee las marcas Winston, Camel y More. Adem¨¢s hay otras dos compa?¨ªas tabaqueras en la mesa, con lo que el total de los involucrados supera ampliamente los casos de acuerdo que se han dado hasta la fecha (recientemente un ejecutivo de la empresa Ligett Group admiti¨® por su cuenta que el tabaco era adictivo para evitar una demanda).
Los estados que est¨¢n discutiendo el acuerdo son Florida, Minnesota, Connecticut, Mississippi, Washington y Arizona. El punto fundamental es que la industria pondr¨ªa un fondo com¨²n de 300.000 millones de d¨®lares a disposici¨®n de enfermos por culpa del tabaco, a condici¨®n de que ¨¦stos se abstengan de demandarles. Las tabaqueras se han dado cuenta de que, uno a uno, los litigios pueden llevarles a la bancarrota, y ese fondo com¨²n a lo largo de 25 a?os es un mal preferible.
Ahora mismo una familia de Jacksonville (Florida) est¨¢ reclamando responsabilidades a RJR Reynolds por la muerte de una mujer que fum¨® toda su vida. No es casual que las acciones de las dos empresas mencionadas se hayan disparado en Wall Street al saberse de las negociaciones.
Los ingresos anuales de la industria en conjunto rondan los 45.000 millones de d¨®lares. Pero s¨®lo en esta primera cuesti¨®n ya se han planteado varias preguntas Primero, si es constitucional impedir a los afectados que demanden individualmente. Segundo, ?qui¨¦n administrar¨ªa ese fondo? Cualquier acuerdo de este nivel, que s¨®lo se prevee a largo plazo, deber¨¢ ser aprobado en su momento por el Congreso y luego respaldado por el presidente Clinton.
Otras grandes concesiones que las tabaqueras estar¨ªan dispuestas a hacer se refieren a su propia publicidad, y van m¨¢s all¨¢ de lo que la administraci¨®n federal se ha atrevido a barajar hasta la fecha: eliminar por completo las vallas publicitarias y prohibir los anuncios de tabaco con im¨¢genes de seres humanos. Es decir, que entre otras cosas la propia casa Marlboro eliminar¨¢, si se lo piden, al hombre Marlboro.
Un tercer aspecto que se cita en The Wall Street Journal es que la industria tabaquera quiere, en los t¨¦rminos del acuerdo, pasar del todo al ¨¢mbito regulatorio de la Food and Drug Administration (-Administraci¨®n para los Alimentos y los, Medicamentos, FDA). Esto supondr¨ªa que los fabricantes tendr¨ªan que desvelar a esa agencia federal todos los componentes qu¨ªmicos de los cigarrillos para que ¨¦sta los regule.
Las tabaqueras ganan con esto: si dicen todo lo que ponen en su producto, nadie podr¨¢ quejarse de que no lo sab¨ªa. Adem¨¢s, se cree que la direcci¨®n actual de las negociaciones apunta a que las dosis de nicotina quedar¨¢n exentas de esta regulaci¨®n federal. La Casa Blanca est¨¢ involucrada en la negociaci¨®n como observador, en la persona de Bruce Lindsey. El portavoz Mike McCurry dijo que los objetivos de la administraci¨®n eran s¨®lo los de proteger la salud p¨²blica y en concreto a los menores de edad. El Gobierno no quiere que todo resulte en que los fabricantes de tabaco obtengan inmunidad legal, y adem¨¢s cree, al igual que los fiscales, que el fondo es insuficiente.
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