La CE prev¨¦ que el euro desafiar¨¢ la hegemon¨ªa del d¨®lar en los mercados internacionales
La moneda ¨²nica europea desafiar¨¢ la hegemon¨ªa del d¨®lar norteamericano y consagrar¨¢ un sistema monetario mundial "multipolar". Las exportaciones denominadas en euros copar¨¢n el 30% del comercio internacional y la divisa europea se convertir¨¢ en una moneda de reserva, privada y p¨²blica. As¨ª lo pronostica la Comisi¨®n Europea (CE) en el documento Aspectos externos de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria, que el Colegio de Comisarios aprobar¨¢ el pr¨®ximo mi¨¦rcoles.
El documento es muy prudente a la hora de cuantificar los beneficios internacionales del euro y de prever la cuota de mercado que disputar¨¢ al d¨®lar. Pero tambi¨¦n es tajante. La aparici¨®n del euro -el primero de enero de 1999- se producir¨¢ en un momento en que el sistema monetario internacional "ha entrado ya en un per¨ªodo de transici¨®n en el que la posici¨®n dominante del d¨®lar se esfuma ante un sistema principalmente multipolar". Un esquema de ese tipo no es "intr¨ªnsecamente menos estable" que el anterior, pero requiere mayor cooperaci¨®n entre sus distintos Polos.El euro representar¨¢ una zona de peso econ¨®mico equivalente al de los Estados Unidos. En la hip¨®tesis de que todos los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea acceden a ¨¦l -la que utiliza la Comisi¨®n-, eso supone 370 millones de consumidores frente a 263 millones; el 38,3% del producto interior bruto (PIB) de los pa¨ªses de la OCDE, frente al 32,5%; y el 20,9% del comercio mundial (excluidos los intercambios intracomunitarios), frente al 19,6% de EE UU (v¨¦ase gr¨¢fico 1).
Moneda de referencia
La consecuencia m¨¢s tangible de la internacionalizaci¨®n del euro ser¨¢ su doble papel como moneda de referencia en el comercio mundial y como activo de reserva en las carteras privadas y p¨²blicas. Al ser la moneda de pago del comercio exterior europeo, lograr¨¢ "reducir los costes de in formaci¨®n y de uso vinculados a su uso". De forma que "los exportadores y los importadores europeos no deber¨¢n soportar m¨¢s los riesgos de cambio y las coberturas contra esos riesgos".
Pero, adem¨¢s, el euro podr¨¢ ser tambi¨¦n utilizado como medio de pago en transacciones ajenas a la UE. El texto utiliza una proyecci¨®n t¨ªmida: una utilizaci¨®n equivalente a la actual del marco alem¨¢n, es decir el mismo porcentaje entre las exportaciones mundiales denominadas en marcos y la cuota alemana de la exportaci¨®n mundial, que es un coeficiente del 1,4. A partir de ah¨ª, estima que "un 30% de las exportaciones mundiales" lo adoptar¨¢n como referencia.
El ¨¢rea de influencia comercial de la nueva moneda reeditar¨¢ la del marco: la Europa central y oriental y algunos pa¨ªses mediterr¨¢neos y africanos. Pero la transformaci¨®n de ese impacto regional en una presencia m¨¢s mundial ser¨¢ gradual.
Algo m¨¢s r¨¢pida se calcula su transmutaci¨®n en referencia para las carteras privadas y moneda de reserva en las emisiones p¨²blicas. Este fen¨®meno ampliar¨¢ un proceso ya existente, el de la diversificaci¨®n. As¨ª, entre 1981 y 1995, las monedas europeas han pasado del 13% al 37% de las carteras privadas mundiales, mientras la cuota del d¨®lar ha descendido del 67% a cerca del 40% (v¨¦ase gr¨¢fico 2). Y la cuota europea en las carteras de obligaciones internacionales se ha duplicado en el mismo per¨ªodo (v¨¦ase gr¨¢fico 3).
Cobertura de riesgo
Es previsible un aumento de estas tendencias. Hoy, una raz¨®n de la preeminencia del d¨®lar en las grandes emisiones, es su inferior coste de cobertura de riesgos. "Pero la mayor liquidez y amplitud del mercado en euros podr¨¢ reducir ese coste a niveles comparables al del mercado en d¨®lares, conduciendo a una multiplicaci¨®n de las deudas emitidas en euros", pronostica la Comisi¨®n. Ello ser¨¢ m¨¢s evidente en las emisiones de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo que apenas utilizan actualmente monedas europeas.
Tambi¨¦n se prev¨¦ una fuerte presencia del euro como moneda de reserva de los bancos centrales, lo que prolongar¨ªa un movimiento de diversificaci¨®n ya iniciado. De 1973 a 1995, la cuota del yen en las reservas oficiales ha pasado del 0,1% al 7,4%; y la del marco, del 7% al 14,2%. Mientras, la del d¨®lar ha bajado del 76% al 61,5%.
Fiel a su enfoque de extrema prudencia, el informe se abstiene de evaluar los efectos inducidos por este doble papel internacional del euro sobre el crecimiento de la econom¨ªa europea. Un asunto que interesa a los acad¨¦micos, que ha sido objeto de otros estudios y proyecciones por parte de t¨¦cnicos de la Comisi¨®n, que interesa sobremanera a los ciudadanos europeos y que preocupa a buena parte de la ¨¦lite financiera estadounidense.
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