Los duros a?os cincuenta
El homenaje a Jackie Robinson y el ¨¦xito de Tiger Woods rememoran la dif¨ªcil batalla de los negros en los deportes profesionales
Hace pocas fechas, Tiger Woods, un joven de raza negra, 21 a?os de edad y excepcional jugador de golf, conquistaba el Masters de Augusta. Tiger Woods es ahora un ¨ªdolo para la comunidad negra de Estados Unidos y se ha situado casi al mismo nivel que otro icono del deporte estadounidense: Michael Jordan. Para Tiger Woods han llegado ya los contratos publicitarios, la fama y el dinero. Tiger ha triunfado en un deporte mayoritariamente blanco. Sin embargo, Woods vive, hoy, en una sociedad relativamente igualitaria y ampliamente receptiva hacia las minor¨ªas. No hace mucho tiempo, otros atletas negros abrieron el camino. Un camino muy dif¨ªcil y muy duro. Hoy, gracias a aquellos pioneros, las grandes estrellas deportivas de EE UU - y por extensi¨®n del mundo- gozan de, una situaci¨®n impensable a mediados del presente siglo.Y nadie mejor que un jugador de b¨¦isbol representa ese esp¨ªritu de sacrificio. Su nombre: Jackie Robinson, cuya viuda (Robinson falleci¨® en 1972) presidi¨® un homenaje la pasada semana al que acudi¨® el propio Bill Clinton. Su historia: la de un atleta afroamencano que, en una sociedad ampliamente segregacionista, practicaba un deporte que es ¨¦l alma de los norteamericanos. Su leyenda: la lucha de un deportista, no s¨®lo por superarse a s¨ª mismo, sino para servir de ejemplo para el resto de sus hermanos de raza. Su legado: el de un hombre que rompi¨® las barreras y los perjuicios raciales en Estados Unidos.
Jackie Robinson, un excelente jugador, debut¨® en las Grandes Ligas de Beisbol formando parte de un equipo legendario : los Brooklyn Dodgers. Fue en abril de 1947. Hace ahora 50 a?os. Un dato puede ayudar a situar en perspectiva el hito de Robinson: no fue hasta el a?o 1948 cuando el presidente Truman disolvi¨® la segregaci¨®n racial en las Fuerzas Armadas estadounidenses,
Hasta entonces los jugadores afroamericanos solamente jugaban en la Negro League, una liga exclusivamente formada por jugadores negros, separada de las Grandes Ligas. Los partidos de la Negro League se jugaban de noche, puesto que los aficionados eran estrictamente de clase trabajadora. Cuando Jackie Robinson debut¨® en la Gran Liga con los Dodgers, era evidente que su misi¨®n iba a trascender lo que ocurriera en el campo de juego.
Robinson aguant¨® abusos, sufri¨® humillaciones y puso en peligro su vida. Alguno de sus propios compa?eros en los Dodgers desaprobaban la presencia de su nuevo compa?ero negro. Pero, en todo momento, Robinson demostr¨® car¨¢cter y determinaci¨®n. Evit¨® de forma inteligente todas las provocaciones sufridas dentro y fuera de la cancha y triunf¨®: en aquel tiempo, su habilidad, atl¨¦tica (fue tambi¨¦n un gran jugador de f¨²tbol americano) no era suficiente para asegurar su presencia en la Liga de b¨¦isbol.
Pero cuando viajaba con el equipo, Jackie Robinson no pod¨ªa disfrutar de privilegios muy simples para el resto de sus compa?eros sobre todo en determinadas zonas del pa¨ªs: a Robinson se le prohibi¨®, en ocasiones, vestirse con el resto de sus compa?eros. Muchas veces los camareros se negaban a servirle comida en los hoteles; no pod¨ªa entrar por la puerta principal de las estaciones de autobuses y, en una ocasi¨®n, la polic¨ªa le salv¨® de un linchamiento seguro, acusado de "mirar a una mujer blanca".
En la NBA, la integraci¨®n lleg¨® tres a?os despu¨¦s. En 1950 tres jugadores de raza negra: Earl Lloyd (Washington), Chuck Cooper (Boston) y Nat Clifton (Nueva York) fueron los pioneros. Miles de afroamericanos han seguido el camino de estos tres hombres grandes jugadores como Bill Russell, Oscar Robertson, Wilt Chamberlain, Julius Erving, Magic Johnson o Michael Jordan- que han ayudado a convertir a la NBA en un deporte global.
Este a?o, la NBA celebra sus primeros 50 a?os de vida. Mirando atr¨¢s en la historia de la Liga, pocos recuerdan que fue el 31 de octubre de 1950 cuando Earl Lloyd debutaba en la NBA y abr¨ªa la puerta a los miles de jugadores que le siguieron.
La situaci¨®n de los pioneros del baloncesto no es comparable a la de Jackie Robinson. Los aficionados al baloncesto ya estaban acostumbrados a equipos integrados en el potente baloncesto universitario.
Sin embargo, los equipos jugaban y com¨ªan en lugares en los que los jugadores afroamericanos eran claramente rechazados. En Indiana, los jugadores afroamericanos pod¨ªan dormir con el resto de sus compa?eros, pero no pod¨ªan comer en el comedor con el resto del equipo. As¨ª que, en muchas ocasiones, los pioneros del baloncesto tuvieron que llevarse la comida a la habitaci¨®n. En Tri.Cities, los jugadores negros de la NBA no pod¨ªan acceder al hotel por la puerta principal. En algunas estaciones de autobuses deb¨ªan abordar el autob¨²s del equipo en un lugar convenido lejos de la estaci¨®n central. En Fort Wayne, los aficionados escup¨ªan sobre los jugadores de raza negra.
Earl Lloyd es el ¨²nico superviviente de aquellos tres h¨¦roes negros. Creci¨® el! Virginia, Estado mayoritariamente segregacionista, y todas estas contrariedades no le doblegaron nunca. "Hab¨ªa padecido estas situaciones antes", declara Lloyd. "Si la adversidad no te destroza, te hace mejor persona".
Cincuenta a?os despu¨¦s, el mismo Sur profundo donde Jackie Robinson o los tres pioneros de la NBA pasaron tanta angustia ha aclamado a un joven afroamericano que se enfund¨® una chaqueta verde. Fue en Augusta, Georgia. De alg¨²n modo, Jackie Robinson ha cerrado un c¨ªrculo.
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