El Bar?a pasa por el ojo de la aguja
El equipo azulgrana jugar¨¢ la final ante el Ollympiakos gracias a su fortaleza para mantener el acoso del Villeurbanne
El Barcelona pas¨® por el ojo de la aguja a la final de la Euroliga despu¨¦s de zafarse del arsenal armament¨ªstico que agot¨® el Villeurbanne. Djordjevic y los suyos se salieron con la suya gracias a que no se apartaron del tim¨®n que asieron desde el principio hasta el final y al que se aferraron a pesar de que en el fragor del combate estuvo a punto de salir por la borda. Fue una semifinal intensa, muy heterodoxa, con un hilo argumental cambiante a cada poco y con mil matices. El Bar?a acab¨® por arramblar con ella porque no le tembl¨® el pulso en un final desesperadamente apretado e incierto. El ¨²ltimo obst¨¢culo certific¨® hasta sus ¨²ltimas consecuencias los sufrimientos con los que el Barca llegar¨¢ hasta la final, desde sus tribulaciones a lo largo de una liguilla en la que ante otros perdi¨® dos veces contra el Villeurbanne, pasando por las apreturas de los octavos y cuartos de final. hasta llegar a la culminaci¨®n de ayer.El Villeurbanne se pas¨® todo el partido mirando de abajo a arriba -metaf¨®ricamente y tambi¨¦n en el rebote- a un Barcelona que sali¨® con mucho aplomo. La soltura con la que movi¨® el bal¨®n el ataque azulgrana forz¨® muchas faltas del equipo franc¨¦s que qued¨® descolocado a las primeras de cambio. Rudd, su base americano y su estrella, tir¨® del carro pero se qued¨® muy solo en el empe?o. Jim¨¦nez fue quien le dio ascendencia al Barcelona. Se aprovech¨® de su emparejamiento con Rippert. Siempre le sorprendi¨® al p¨ªvot franc¨¦s la movilidad y la perspicacia de Jim¨¦nez para encontrar huecos.
El marcador del Bar?a subi¨® como la espuma (19-9) y el Villeurbanne tuvo que echar mano de todo su arsenal de medicinas. El equipo franc¨¦s tuvo el m¨¦rito de su obstinaci¨®n. Beugnot lo prob¨® todo. Situ¨® a Rudd como alero. Insisti¨® con Rippert en el tiro. Plante¨® una defensa en zona. El Bar?a le respondi¨® en este ¨²ltimo aspecto con la misma moneda. El equipo franc¨¦s se estrell¨® una y otra vez contra el muro. Pero al Bar?a entonces se le convirti¨® el bal¨®n en una barra de mantequilla. La sucesi¨®n de fallos de canastas f¨¢ciles le dieron esperanza al Villeurbanne.
Beugnot, tozudo, pidi¨® un tiempo muerto y logr¨® remodelar la defensa en zona sin cambiarla. A partir de ese momento la movilidad defensiva de los jugadores franceses desquiciaron al Barcelona, muy en especial a un Karnisovas que no tuvo su d¨ªa. El marcador volvi¨® casi a su brecha original en el descanso (38-36).
El segundo tiempo acentu¨® el car¨¢cter cambiante de la historia. Si Rippert y Digbeu no las hab¨ªan metido hasta entonces, despu¨¦s ensartaron una racha de canastas que le dej¨® con las aguas al cuello al Barcelona (44-44). Si el equipo azulgrana no hab¨ªa encontrado aro desde m¨¢s all¨¢ de los 6,25 metros, los cinco triples del segundo acto le insuflaron vida. Pero sufri¨® de lo lindo. A¨ªto ech¨® mano de un Andreu que dej¨® patente la r¨¦mora de una lesi¨®n reciente en una rodilla y Karnisovas tuvo torcida la mirilla de la escopeta toda la noche y hasta bien cerca del final no aliment¨® la cuenta azulgrana. Los franceses tambi¨¦n notaron el descenso en el rendimiento de Rudd y A¨ªto le devolvi¨® la moneda a Beugnot situando a Jofresa y DJordjevic juntos y organizando la defensa tan pronto en zona como en individual.
El Villeurbanne fue inasequible al desaliento. Forceje¨®, logr¨® forzar faltas, y a base de un trabajo de equipo exhaustivo situ¨® contra las cuerdas al Barcelona (62-63). Faltaban para entonces s¨®lo cinco minutos. Djordjevic, que perdi¨® un par de balones absurdos y pareci¨® cansado por momentos, recuper¨® todo su instinto asesino y su acierto en ese tramo. El toma y daca se elev¨® a su m¨¢xima expresi¨®n a un minuto y medio para el final (69-68). Djordjevic anot¨® cuatro puntos contra dos de Rudd (73-70) y en ese momento el base estadounidense del Villeurbanne se jug¨® un triple desde siete metros que hizo agua. Ah¨ª, a 26 segundos para el final y con Fern¨¢ndez ya en la l¨ªnea de tiros libres, se acab¨® el toma y daca y el Bar?a certific¨® el pase para lo que ser¨¢ su quinta final. Otras dos veces se hab¨ªa encallado en la semifinal. La s¨¦ptima ocasi¨®n para ganar un t¨ªtulo que no tiene en la vitrina pasa por ganar a un temible Olympiakos.
Victoria del Olympiakos
El Olympiakos cruz¨® la semifinal con el mismo retrato de su p¨®ster de presentaci¨®n. El equipo griego jug¨® con el m¨¦todo y el c¨¢lculo milim¨¦trico que de ¨¦l exige su t¨¦cnico Dusan Ivkovic y la colosal actuaci¨®n de Rivers. Su calidad y su ingenio estuvieron por encima de todo. El Olimpia no supo encontrarle ant¨ªdoto.
Olympiakos (74): Rivers (28), Sigalas (7), Nakic (10), Tarlac (10), Fasulas (6); Tornic (8), Welp (0), Papanikolau (5) y Bakatsias.
Olimpia Ljubliana (65): McDonald (7), Henrie (6), Milic (5), Kraljev?c (0), Stepania (12); Daneu (11), Tusek (7), Nesterovic (3), Hauptman (10) y Horvat (4).
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