El electrochoque

Cebada por el ronroneo ideol¨®gico de los que mantienen el status quo, Francia se durmi¨®. Necesitaba un electrochoque. Aqu¨ª est¨¢. Nada permite decir si Chirac ha acertado al disolver la Asamblea. Los resultados traer¨¢n la respuesta. Si son buenos, se celebrar¨¢ su genio t¨¢ctico. ( ... ) Si son malos, deber¨¢ sumergirse un tiempo antes de salir a la superficie, cuando la experiencia socialista se haya desarrollado en su pureza cristalina. Mientras se espera, Chirac ha inventado una nueva pr¨¢ctica constitucional, la disoluci¨®n sin causa. ( ... ) Es un m¨¦todo que permite evitar esa necrosis en espera de acontecimientos que se apodera de un pa¨ªs antes de unas elecciones, cuando se posponen decisiones hasta despu¨¦s del escrutinio. A veces dura un a?o; un a?o perdido. Ya est¨¢bamos en ello. Jospin ha declarado que la disoluci¨®n era una confesi¨®n de fracaso del Gobierno. Desde hace meses, Jupp¨¦ penaba en la labor. ( ... ) Por tanto, Chirac ha dado una patada en nuestro viejo y adormilado hormiguero. Frente a un Jospin dispuesto a liquidar la Europa de Maastricht, ( ... ) se trata de preparar a Francia para el curo y el a?o 2000. Por tanto, de crear un nuevo impulso para impulsar las reformas. ( ... ) Tras apurar los pasivos, Jupp¨¦ podr¨¢ luchar por una ambici¨®n clara: menos impuestos, menos Estado. Aceptamos el augurio. Y s¨®lo quedar¨¢ liberalizar este pa¨ªs donde todo rima con estatismo. Pero ¨¦ste es otro asunto.

, 22 de abril