El Consejo de Estado anula una subvenci¨®n dada por un ex consejero del PP en Castilla y Le¨®n

El Consejo de Estado acaba de determinar que procede revisar, de oficio y por nulidad de pleno derecho, las resoluciones firmadas el 9 de diciembre de 1988 por el entonces consejero de Econom¨ªa y Hacienda de la Junta de Castilla y Le¨®n, Miguel P¨¦rez Villar, con las que se subvencion¨® irregularmente con 135 millones de pesetas a una empresa. La firma Recursos Naturales, SA (Renasa), recibi¨® de la Junta, gobernada entonces y ahora por el PP, tres subvenciones por ese importe total en concepto de ayudas a la miner¨ªa, a pesar de no tener ninguna actividad minera en ese territorio. El Tribunal Supremo ya conden¨® e inhabilit¨® en 1995 al ex senador popular P¨¦rez V¨ªllar por un delito continuado de prevaricaci¨®n.

El expediente sobre este caso, que cost¨® el puesto al consejero P¨¦rez Villar y a su director general de Econom¨ªa, Javier Augusto, todav¨ªa colea tras m¨²ltiples demoras y recursos por los tribunales y los despachos de la Junta de Castilla y Le¨®n. La Comisi¨®n Permanente del Consejo de Estado, a petici¨®n del presidente auton¨®mico Juan Jos¨¦ Lucas, se pronunci¨® definitivamente el pasado 3 de abril -casi nueve anos despu¨¦s de otorgada la subvenci¨®n- al concluir que s¨ª procede revisar y anular aquellas decisiones de Miguel P¨¦rez Villar. El actual presidente de Castilla y Le¨®n, el popular Juan Jos¨¦ Lucas, estima en su pro puesta de resoluci¨®n que ha en viado recientemente al Consejo de Estado que no cabe reconsiderar aquella decisi¨®n "cuando por prescripci¨®n de acciones, por el tiempo transcurrido o por otras circunstancias, su ejercicio resulte contrario a la equidiad, a la buena fe, al derecho de los particulares o a las leyes".

Contra el argumento de Lucas

El Cons¨¦jo de Estado derrumba estos argumentos al recordar que, en principio, nadie tiene derecho a una subvenci¨®n. El Consejo sostiene que apelar en este caso a la buena fe es "arriesgado" cuando ha queda do probado que Renasa, que concurr¨ªa para efectuar tres es tudios, "dej¨® en blanco la casilla relativa a dominios mineros y que consta que tal empresa no ten¨ªa actividades mineras en el territorio de la Comunidad Aut¨®noma, ni dominios, ni plantillas, ni explotaciones".

Miguel P¨¦rez Villar, en sus alegaciones, niega la comisi¨®n de ning¨²n delito y rechaza la re visi¨®n de aquellas subvenciones. El ex consejero del Gobierno auton¨®mico que presid¨ªa entonces Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, asegura, sobre la base de que los trabajos finalmente s¨ª se hicieron y se usaron, que si se le exigiese ahora a Renasa la devoluci¨®n de las 135.788.000 pesetas "se producir¨ªa un notorio enriquecimiento injusto por parte de la Comunidad Auton¨®ma, que deber¨ªa reparar sencillamente devolviendo una vez m¨¢s el importe de las ayudas".

La empresa Renasa alega en su defensa que el hecho de que P¨¦rez Villar "haya sido condena do por un delito de prevarica ci¨®n no lleva consigo que las re soluciones por ¨¦l dictadas sean constitutivas de delito". Renasa se?ala, adem¨¢s, que "el da?o producido no fue grande".

Los informes jur¨ªdicos que aporta la Junta de Castilla y Le¨®n constatan, en la misma l¨ªnea que P¨¦rez Villar y que la empresa afectada, que declarar nulas aquellas subvenciones "comportar¨ªa una obligaci¨®n de reintegro del importe de las mismas por v¨ªa de responsabilidad patrimonial de la Administraci¨®n".

En sus consideraciones, el Consejo de Estado no prejuzga que, pese a todo, la empresa Renasa "pueda tener derecho a exigir las indemnizaciones econ¨®micas que procedan si como parece desprenderse del expediente realiz¨® los estudios subvencionados, los entreg¨® oportunamente y fueron utilizados".

El Tribunal Supremo ya acredit¨® en 1995 que siete empresas y otros clientes abonaron un total de 12.286.272 pesetas por servicios de asesoramiento al despacho privado montado por P¨¦rez Villar en Le¨®n a?os antes de ser nombrado consejero. Ese despacho estaba regentado, en la ¨¦poca que se dieron las citadas subvenciones, por su esposa, Mar¨ªa de los Rosarios Carballo.