Medio Ambiente ofrece obras hidr¨¢ulicas a la iniciativa privada
, Despu¨¦s del peque?o plan de autopistas que Fomento ofert¨® en febrero a las constructoras, le ha llegado el turno al Ministerio de Medio Ambiente. Ha entregado a las principales empresas del ramo un paquete de actuaciones por valor de 97.000 millones de pesetas, susceptibles de licitar en la modalidad de concesi¨®n. Una vez operativas, repercutir¨¢n en los usuarios su coste, los gastos de explotaci¨®n y los beneficios correspondientes, seg¨²n el modelo de las autopistas de peaje.El cumplimiento del programa de convergencia ha ca¨ªdo como una losa sobre los presupuestos del Ministerio de Medio Ambiente en su brazo m¨¢s potente, el hidr¨¢ulico. No hay dinero ni lo va a haber en un futuro inmediato, de modo que en coincidencia con la m¨¢xima del Gobierno de dar juego a la iniciativa privada, el ministerio ha elaborado esta oferta de negocio.
En el paquete se incluyen cuatro desaladoras para el abastecimiento de Melilla y las tres capitales del sureste con problemas end¨¦micos de agua, Murcia, Alicante y Almer¨ªa. Las dos primeras (Cartagena en lugar de Murcia) ya hab¨ªan salido a concurso durante la Administraci¨®n socialista (marzo de 1996), pero el actual Gobierno ha ido prorrogando el plazo de presentaci¨®n de proposiciones," B OE en mano, sin que a¨²n haya dado por cancelados los concursos.
El modelo actual que propone Medio Ambiente no difiere radicalmente del anterior, en lo que se refiere a desaladoras. De hecho el presupuesto de construcci¨®n es similar, 500 millones menos de los 6.500 de hace un a?o. Lo novedoso es que forman parte de un paquete de obras hidr¨¢ulicas que se ofrece a licitaci¨®n junto a presas y canales en la modalidad de concesi¨®n, como si fueran autopistas de peaje. Eso s¨ª, mediante el r¨¦gimen contemplado en la ley de acompa?amiento que concede anticipos del Estado para garantizar el equilibrio financiero de las sociedades concesionarias.
Regad¨ªos
Entre las presas a construir figuran la de Santa Liestra y Melonares, largamente reivindicadas por agricultores con vocaci¨®n de regantes y faltos de agua pero asociadas a delicados impactos medioambientales y sus consecuentes opositores. La propias desaladoras urbanas tambi¨¦n podr¨ªan tener usos subsidiarios para regad¨ªos, all¨ª donde los cultivos son lo suficientemente competitivos como para soportar el elavad¨ªsimo coste del agua desalada, algo menos de 200 pesetas el metro c¨²bico. Expertos en riegos, como Antonio Le¨®n, del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas en Murcia, consideran un disparate esta soluci¨®n para resolver desequilibrios h¨ªdricos en la agricultura. Ning¨²n pa¨ªs avanzado del mundo con territorios de las caracter¨ªsticas del sureste, como Israel, California o Australia, han resuelto sus demandas agr¨ªcolas por este procedimiento. La desalaci¨®n es un recurso mayoritariamente utilizado en las islas o en litorales continentales con fuerte tir¨®n tur¨ªstico.
De aplicarse el modelo alem¨¢n para la financiaci¨®n de las obras -pago diferido-, acompa?ado de anticipos del Estado, otros expertos vaticinan complicaciones para que la Uni¨®n Europea conceda ayudas procedente de los Fondos de Cohesi¨®n.
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