Bruselas apenas puede ocultar su satisfacci¨®n

Bruselas recibi¨® el triunfo de Tony Blair con la m¨¢s calurosa de las bienvenidas que le permite la no injerencia en los asuntos internos de un pa¨ªs. El presidente de la Comisi¨®n, Jac ues Santer, expres¨® ayer mismo su deseo de entrevistarse lo antes posible con el nuevo primer ministro brit¨¢nico. Los restantes lo har¨¢n el 23 de mayo, en la cumbre extraordinaria que dar¨¢ el pen¨²ltimo empuj¨®n a la reforma de Maastricht.El avance liberal -dem¨®crata, la derrota de significafdos euroesc¨¦oticos y el fracaso de los antieuropeos del multimillonarios James Goldsmith han provocado tambi¨¦n enorme satisfacci¨®n.

Nadie espera milagros en Bruselas, y ya se sabe que Blair no va a actuar como motor de la construcci¨®n europea. Pero su formidable victoria, junto a algunos datos nada despreciables, son dos excelentes noticias para los partidarios de una Europa unida. Lo m¨¢s importante es que las elecciones ya han pasado: el Gobierno brit¨¢nico ya puede tomar decisiones en la cargada agenda europea. Y ser¨¢n m¨¢s pr¨®ximas al inter¨¦s del continente que las que hubiera tomado John Major.Todo eso se refleja en el caluroso telegrama enviado por Santer, en el que felicita a Blair y al Partido Laborista "por su sobresaliente victoria", le recuerda "los desaf¨ªos a la vista" -la reforma del tratado, la ampliaci¨®n, el euro- y asegura que la presidencia brit¨¢nica de la UE, en el primer semestre de 1998, "tendr¨¢ un papel vital en la gesti¨®n con ¨¦xito de esos asuntos". "Hacemos votos", concluye con indisimulada satisfacci¨®n, "para que el Reino Unido, bajo su gobierno, desempe?e el papel de l¨ªder al que tiene derecho dentro de la Uni¨®n y en una Europa m¨¢s amplia. Nunca m¨¢s que ahora la UE ha necesitado un fuerte compromiso brit¨¢nico con su sin igual combinaci¨®n de pragmatismo y eficiencia".La UE gana

La UE ha ganado mucho en estos comicios. No s¨®lo tendr¨¢ en Londres un interlocutor sin la presi¨®n de la potente ala euroesc¨¦ptica que atenazaba a Major. Ha visto adem¨¢s c¨®mo fracasaban sonados l¨ªderes de esa facci¨®n antieuropea como los ministros Michael Portillo y Malcolm Rifkind, el ex canciller del Exchequer y abierto enemigo del euro Norman Lamont y diputados como Tony Marlow, Nicholas Budgeon o George Gardiner.

M¨¢s satisfacci¨®n a¨²n ha merecido el absoluto fracaso del multimillonario James Goldsmith, que ha perdido una fortuna patrocinando a su Partido del Refer¨¦ndum y s¨®lo ha obtenido entre 1.000 y 2.000 votos por circunscripci¨®n. El propio Goldsmith s¨®lo ha logrado 1.518 en Putney, sobre m¨¢s de 46.000 votos emitidos, y ha visto c¨®mo el triunfo se lo llevaba el candidato laborista.

Tambi¨¦n ha sido muy bien recibido el avance del Partido Dem¨®crata Liberal, liderado por Paddy Ashdown, el m¨¢s europe¨ªsta de los tres grandes bloques brit¨¢nicos y el ¨²nico que apuesta abierta y decididamente por la integraci¨®n de la libra en la moneda ¨²nica europea.

Por otra parte, aunque las diferencias entre izquierda y derecha no siempre tienen valor en el Consejo Europeo, la entrada de Blair y la salida de Major ha vuelto a dar la mayor¨ªa a la izquierda. Ocho de sus miembros militan en la izquierda (los l¨ªderes de Portugal, Grecia, Holanda, Suecia, Finlandia, Austria, Dinamarca y Reino Unido) y siete a la derecha (Alemania, Francia, Espa?a, Italia, B¨¦lgica, Luxemburgo e Irlanda).

En Alemania, todos se declaran amantes de Tony Blair e intentan capitalizar su victoria. El canciller federal, el democristiano Helmut Kohl, declar¨® a bordo de un avi¨®n en vuelo que la campana antieuropea de los conservadores no tuvo ¨¦xito. Kohl proyecta entrevistarse muy pronto con Blair, a quien hace unos meses pase¨® por Bonn con gran jolgorio entre las filas democristianas y de los empresarios alemanes, que lo presentaron como modelo de socialdem¨®crata muy diferente del alem¨¢n, informa Jos¨¦ Comas. El primero en reaccionar fue el Gobierno franc¨¦s, que ya en la noche del jueves se felicit¨® por el retroceso del euroescepticismo.