Paulo Freire, el 'Pedagogo de la liberaci¨®n', muere en Sao Paulo a los 75 a?os

Paulo Freire, el pedagogo de la liberaci¨®n, muri¨® ayer en S?o Paulo, a los 75 a?os, de un infarto de miocardio. El educador brasile?o, uno de los m¨¢s destacados del Tercer Mundo, ser¨¢ recordado por su obra Pedagog¨ªa del oprimido, en la que defend¨ªa una concepci¨®n de la educaci¨®n que libere a los desfavorecidos mediante una revoluci¨®n cultural. Traducido a 35 idiomas, entre sus obras destacan Pedagog¨ªa de la esperanza y Pedagog¨ªa de la autonom¨ªa, publicado hace un mes. Encarcelado y torturado tras el golpe militar de 1964, se exili¨® durante 14 a?os y regres¨® a Brasil en 1979.

"Mi visi¨®n de la alfabetizaci¨®n va m¨¢s all¨¢ del mero ba, be,bo, bu, porque implica una comprensi¨®n cr¨ªtica de la realidad social, pol¨ªtica y econ¨®mica en la que est¨¢ el alfabetizado", dec¨ªa Freire, que mantuvo hasta el final su actividad docente, como profesor de la Universidad Cat¨®lica de S?o Paulo. "Me gustaba de joven y me gusta todav¨ªa ser educador, pero un educador que sea tambi¨¦n un educando constante de su educando, no un pedagogo t¨¦cnicamente fr¨ªo, imposiblemente neutro", manifest¨® en una entrevista en EL PA?S.Licenciado en Derecho por la Universidad de Pernambuco (Brasil), Freire fue director del departamento de Educaci¨®n y Cultura de esta universidad. Cre¨® centros de cultura popular por todo Brasil, y en 1961 fund¨® el Movimiento de Educaci¨®n de Base, patrocinado por el episcopado brasile?o.

"Leer es escribir"

El pedagogo fallecido consideraba aberrante cualquier proceso en el que los alumnos no se consideren a s¨ª mismos "como sujetos investigadores, productores de conocimiento". "Leer un libro no es pasear por las palabras. Es releerlo, es reescribirlo. No ense?ar a los ni?os que leer y escribir son casi la misma cosa desde el punto de vista del ejercicio intelectual y humano es un gran error", seg¨²n Freire.

La pr¨¢ctica educativa no debe ser una mera "capacitaci¨®n para la t¨¦cnica, como pretende el sistema capitalista", dec¨ªa el pedagogo, que concretaba as¨ª su cr¨ªtica: "El neoliberalismo ense?a al obrero a ser un buen mec¨¢nico, pero no a discutir la est¨¦tica, la pol¨ªtica y la ideolog¨ªa que hay detr¨¢s del aprendizaje". Pero "el educador debe estar advertido de que, siendo pol¨ªtico, no puede, sin embargo, hacer partidismo en sus clases".

Defensor de la aplicaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas a la educaci¨®n, siempre que no conduzca "a la aniquilaci¨®n de la conciencia cr¨ªtica", Freire consideraba que "un educador que no se preocupa por lo que hoy en d¨ªa se puede hacer con la inform¨¢tica no est¨¢ a la altura de su tiempo y, por tanto, no debe ense?ar". Sobre los medios audiovisuales, manifest¨®: "Todo depende de c¨®mo sean utilizados. Evidentemente, no es lo mismo un v¨ªdeo en manos de un profesor reaccionario que en las de un educador progresista".

Freire alcanz¨® celebridad mundial y, en Espa?a, fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Barcelona (198 8) y por la Complutense de Madrid (1991). En 1994 particip¨® en un congreso internacional sobre Nuevas perspectivas cr¨ªticas en educaci¨®n, organizado por la Universidad de Barcelona. All¨ª defendi¨® la vigencia de sus ideas a pesar de la "debacle del socialismo" y el "nuevo orden mundial".

Escribi¨® m¨¢s de 25 libros, entre ellos La educaci¨®n como pr¨¢ctica de la libertad, Educaci¨®n y cambio, Acci¨®n cultural para la libertad y Cartas a Guinea-Bissau. En ?frica desarroll¨® precisamente parte de su actividad como educador durante su etapa del exilio.

El pedagogo consideraba que no cab¨ªa hablar de educaci¨®n a secas, sino de "educaci¨®n para qu¨¦, educaci¨®n en favor de qui¨¦nes, educaci¨®n contra qu¨¦". "A las clases dominantes no les gusta la pr¨¢ctica de una opci¨®n orientada hacia la liberaci¨®n de las clases dominadas. Esta es mi opci¨®n: un trabajo educativo, cuyos l¨ªmites reconozco, que se dirija hacia la transformaci¨®n de la sociedad en favor de las clases dominadas", afirmaba Freire, quien precisaba los l¨ªmites: "No puede cambiarse el sistema educativo si no se transforma el sistema global de la sociedad. Se pueden introducir reformas, pero no cambios radicales. Ser¨ªa una ingenuidad de grupos revolucionarios".

Freire, que siempre reconoci¨® su formaci¨®n cristiana, dec¨ªa: "No soy un m¨¢gico religioso. Hasta podr¨ªa decir que no soy religioso. Soy un hombre en busca constante".