El Ej¨¦rcito turco prepara la ca¨ªda del Gobierno islamista sin sacar los carros de combate a la calle
S¨®lo falta saber cu¨¢ndo caer¨¢ el primer Gobierno encabezado por un islamista en la historia de la Turqu¨ªa moderna. "Es cuesti¨®n de d¨ªas, tal vez semanas, pero [este Ejecutivo] est¨¢ acabado", predicen fuentes diplom¨¢ticas europeas en Ankara tras la reciente oleada de presiones militares contra el primer ministro Necmettin Erbakan. "Y por primera vez en la Rep¨²blica fundada por Ataturk, el Ej¨¦rcito deja de referirse a un enemigo exterior para establecer que la prioridad de la defensa nacional es el combate al enemigo interior: el integrismo isl¨¢mico", advierte un periodista turco. Pero todos los analistas coinciden en que los mandos de las Fuerzas Armadas, ¨²ltimos guardianes del Estado laico y occidentalizado, van a romper con su tradici¨®n golpista y no van a sacar esta vez los carros de combate a las calles, como ha ocurrido tres veces en los ¨²ltimos 37 a?os.Los alminares dominan hoy el paisaje de las ciudades de la Turqu¨ªa laica surgida en 1923 tras la descomposici¨®n del Imperio Otomano. El l¨ªder del Partido del Bienestar (Refah), el m¨¢s votado en las elecciones de diciembre de 1995, aunque con apenas el 21% de los sufragios, tuvo que aguardar hasta julio del a?o pasado para acceder al poder, si bien de la mano de la conservadora y prooccidental Tansu ?iller (Partido de la Recta V¨ªa), una vez que ¨¦sta dinamitara su ef¨ªmera coalici¨®n con el Partido de la Madre Patria, del tambi¨¦n derechista Mesut Yilmaz.
La situaci¨®n actual de Erbakan se asemeja a la de Adolfo Su¨¢rez en el invierno de 1981. Los uniformados han pedido a voces su cabeza. ?Habr¨¢ un 23-F en Ankara? "El Ej¨¦rcito no va a intervenir ahora como lo hizo en 1960, 1971 y 1980. Turqu¨ªa ha cambiado y sus militares tambi¨¦n", replican las fuentes diplom¨¢ticas de la Uni¨®n Europea consultadas. Se habla incluso de un golpe posmoderno de las Fuerzas Armadas, gracias a sus exorbitantes atribuciones constitucionales. La estrategia militar estriba en introducir presi¨®n en el sistema, echar le?a al fuego de la caldera pol¨ªtica. Y esperar".
Erbakan recibi¨® el pasado verano la bendici¨®n del Ej¨¦rcito y de los grandes grupos industriales turcos para formar Gobierno. Cre¨ªan que el poder servir¨ªa para moderar a los islamistas e integrarlos en el sistema. Diez meses despu¨¦s, Erbakan ha perdido la confianza de quienes mueven los hilos del sistema. "Pero los contactos no se han roto, en Ankara se juega ahora una gran partida de p¨®quer pol¨ªtico para desbloquear la situaci¨®n sin recurrir a unas elecciones anticipadas", agregan las fuentes europeas.
La oposici¨®n no tard¨® en acosar al Gobierno de Erbakan por su flanco m¨¢s d¨¦bil. ?iller sufri¨® una ola de mociones parlamentarias sobre varios casos de corrupci¨®n aireados durante su mandato como primera ministra (1993-1995). Los islamistas salvaron una y otra vez a la ministra de Exteriores de las garras de las comisiones de investigaci¨®n.
A comienzos de este a?o y en pleno Ramad¨¢n, el mes sagrado musulm¨¢n de ayuno y oraci¨®n, el Partido del Bienestar comenz¨® a pisar firme en el Gobierno, mientras sus socios de coalici¨®n se d¨¦bilitaban, y a plantear un programa de islamizaci¨®n. "El Refah. es un conglomerado de corrientes, siempre amenazado de escisiones en su ala m¨¢s integrista", precisa un periodista local. Para favorecer la cohesi¨®n interna, Erbakan intent¨® suprimir la prohibici¨®n del uso del velo para las funcionarias y anunci¨® la construcci¨®n de dos grandes mezquitas en los distritos de Taksim (Estambul) y ?ankaya (Ankara), feudos de la poblaci¨®n m¨¢s laica y europeizada del pa¨ªs. Los militares dieron un pu?etazo en la mesa.
En un pa¨ªs en el que los s¨ªmbolos son sagrados, los islamistas deb¨ªan saber que jugaban con fuego. Pero la mayor¨ªa de los observadores occidentales cree que fue el acercamiento diplom¨¢tico hacia Ir¨¢n y Libia, pilotado personalmente por Erbakan, lo que colm¨® la paciencia de los generales y dispar¨® las alarmas en Washington.Fecha clave
El pasado 28 de febrero marca un antes y un despu¨¦s en la situaci¨®n pol¨ªtica de Ankara. En el Consejo Nacional de Seguridad (CNS), que integran los cinco jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el primer ministro y los titulares de las principales carteras, los mandos castrenses impusieron en esa fecha al poder civil 18 medidas para frenar la islamizaci¨®n del pa¨ªs, entre ellas el cierre de numerosas escuelas cor¨¢nicas. Erbakan, que acat¨® en principio las ¨®rdenes del Ej¨¦rcito, sigui¨® dando largas al asunto durante dos meses con maniobras dilatorias. En la ¨²ltima reuni¨®n del CNS, el pasado 27 de abril, el ruido de sables era estremecedor. El golpe en la sombra ya hab¨ªa comenzado. Dos ministros del partido de ?iller -el de Sanidad, Yildirim Aktuna, y el de Industria y Comercio, Yalim Erez- acababan de dimitir tras arremeter contra Erbakan por "poner en peligro la democracia
Un informe del Congreso norteamericano citado estos d¨ªas por la prensa turca augura que el Gobierno de Erbakan caer¨¢ entre tres y seis meses desp¨¦s de la reuni¨®n del CNS del 28 de febrero. ?iller ya s¨®lo intenta salvarse en el nuevo Gobierno desislamizado que exigen los generales. Como primer paso, el viernes pidi¨® a Erbakan que le ceda la jefatura el pr¨®ximo junio, cuando se cumpla el primer a?o de la coalici¨®n. Sin embargo, ni YiImaz, su rival de la derecha, ni el socialdem¨®crata Bulent Ecevit la aceptan como primera ministra de una coalici¨®n laica.
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