Kabila da ocho d¨ªas a Mobutu para que dimita
Mobutu Sese Seko no dimite. Pese a las desmesuradas expectativas creadas por una filtraci¨®n de una carta del dictador zaire?o a", presidente de EE UU, Bill Clinton, en la que mostraba su voluntad de dejar el poder, Mobutu va a regresar a Kinshasa tal y como se march¨® hace 48 horas: como presidente, visiblemente enfermo y con una fuerza rebelde a pocos kil¨®metros de la capital. Mobutu y su enconado rival, Laurent Kabila, se han dado un plazo de 8 a 10 d¨ªas para estudiar sus propuestas antes de un segundo encuentro a bordo del Outeniqua. Nelson Mandela, el presidente de Sur¨¢frica, que ha presidido la cumbre, dijo que Kabila se hab¨ªa comprometido a suspender el avance sobre Kinshasa durante ese tiempo.
Las dos recetas para resolver la crisis del pa¨ªs son antag¨®nicaMobutu ofrece un plan de tres puntos: convocar elecciones (con ¨¦l en la jefatura del Estado), no presentarse a ellas por motivos de salud y traspasar el mando a quien las gane. El plan de Kabila es mucho m¨¢s sencillo: entrega del poder a su Alianza para la Liberaci¨®n del Congo-Zaire, ¨¦sta se constituye en Gobierno de transici¨®n y convoca los comicios.
Durante 80 minutos de reuni¨®n, presidida por Mandela y el enviado de la ONU para la crisis de la regi¨®n de los Grandes Lagos, Mohamed Shanoun, no hubo avances. Ambos, Mobutu y Kabila, se mantuvieron firmes en sus posiciones de partida. Para evitar la ruptura, se pact¨® el aplazamiento.
"Mobutu me ha pedido ocho d¨ªas para estudiar nuestras peticiones. He accedido. Nos volveremos a encontrar en el mismo sitio. Pero le he dicho a Mobutu y a los mediadores internacionales que no habr¨¢ alto el fuego durante ese tiempo", declar¨® ayer Kabila poco despu¨¦s de finalizar la reuni¨®n.
Su ministro de Exteriores, Bizima Karaha, fue a¨²n m¨¢s rotundo: "El t¨¦rmino alto el fuego no est¨¢ en nuestro vocabulario". Pese a este lenguaje agresivo, esto no es necesariamente contradictorio con lo expresado por Mandela. Pues se puede frenar un avance sin declarar un alto el fuego. Sin embargo, ¨¦sa no ha sido la t¨¢ctica rebelde durante estos meses.
?ste es el punto clave para saber si la reuni¨®n de ayer en Punta Negra (Congo) ha sido un fracaso o no. Las tropas de Kabila est¨¢n en disposici¨®n de conquistar Kinshasa mucho antes de que expire el plazo de ocho a diez d¨ªas y convertir en una burda iron¨ªa la fecha prevista del segundo encuentro. Habr¨¢ que esperar a las pr¨®ximas horas para conocer cu¨¢l es su actitud real.
Fuentes de una compa?¨ªa minera extranjera aseguraron ayer que la columna de 4.000,rebeldes que procede de Kikwit y Kenge al mando del general Mulele est¨¢ ya a menos de 60 kil¨®metros de N'Djili, el aeropuerto de Kinshasa. El s¨¢bado, todas las informaciones les situaban entre 150 y 200 kil¨®metros del c¨¦ntrico barrio de Gombe, donde se levantan la mayor¨ªa de las embajadas, incluida la de Espa?a. N'Djili se halla a 20 kil¨®metros del palacio de Mobutu y el ritmo de avance de esta columna es de 60 kil¨®metros diarios. La carretera de Kenge a Kinshasa se puede recorrer en un d¨ªa en un veh¨ªculo normal. Muchos de esos guerrilleros van a pie, otros en todoterreno o blindados. La situaci¨®n del aeropuerto es muy fr¨¢gil.
"Es probable que hoy [por ayer] salgan de aqu¨ª los ¨²ltimos vuelos a Europa", dijo una fuente italiana. "Ma?ana [por hoy] pueden dejar de volar las cuatro compa?¨ªas europeas... [Sabena, Tap, Air France y Swissair]. Pero no corran, los aviones ya est¨¢n llenos. Los de aqu¨ª y los de Brazzaville", agreg¨®.
En Kinshasa la situaci¨®n es de aparente calma. A primera hora, cuando las noticias de una dimisi¨®n del dictador (incluso de que ya no volver¨ªa al pa¨ªs) corr¨ªan como un reguero de p¨®lvora, elementos de esa unidad de ¨¦lite formaron plantones de seguridad en los dos mejores hoteles de la capital. Hay mucho miedo a que estallen los pillajes, como en 1991 y 1993.
[Por otra parte, al menos un centenar de refugiados hutus de Ruanda murieron ayer asfixiados o aplastados en el tren que les trasladaba desde el campamento que les acog¨ªa en Zaire hasta la ciudad de Kisangani, desde donde una operaci¨®n humanitaria ten¨ªa previsto devolverles a su pa¨ªs en avi¨®n, seg¨²n informaron funcionarios de la ONU, informa Reuter. Cooperantes y periodistas vieron c¨®mo se desplomaban decenas de cuerpos de seis vagones abiertos cuando el tren entraba en la estaci¨®n de Kisangani, al noreste de Zaire. Quienes lograron sobrevivir al viaje de dos horas desde el campo de refugiados de Biaro, a 41 kil¨®metros, saltaron de inmediato a tierra en cuanto par¨® el tren. Cientos de ellos se encontraban heridos, unos cincuenta de gravedad.
"Creo que ha sido uno de los sucesos m¨¢s horribles que he visto en todos mis a?os como cooperante", manifest¨® el jefe de la oficina en Kisangani del ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados). Este funcionario pidi¨® a las autoridades rebeldes, que controlan la zona y los ferrocarriles, que les cedan la gesti¨®n total de las operaciones de repatriaci¨®n de los refugiados ruandeses.
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