El campe¨®n no es el campe¨®n

Van cuatro partidas y a¨²n no hemos visto al aut¨¦ntico, ¨²nico e irrepetible Gari Kasp¨¢rov, ese ajedrecista de sangre caliente y cerebro ardiente, agresivo y de gran creatividad, cuya mirada amedrenta a sus rivales. Ni es probable que lo veamos en las dos siguientes contra Deep Blue: la t¨¢ctica especulativa y de despiste le ha dado un buen resultado hasta ahora, excepto en la segunda partida.El ruso sali¨® muy escaldado del varapalo que sufri¨® hace quince meses en Filadelf¨ªa, en el juego inaugural del primer duelo contra Deep Blue. "Tengo que frenar con firmeza mis decisiones intuitivas. Contra un ser humano, t¨² ves una preciosa combinaci¨®n que incluye un sacrificio de caballo a largo plazo, tu olfato te dice que funciona y te lanzas. Si haces eso contra Deep Blue, la m¨¢quina calcula unos cuantos miles de millones de movimientos, encuentra la mejor defensa, se queda con el caballo de ventaja, se r¨ªe de tu maravillosa intuici¨®n y te hace papilla".

En t¨¦rminos futbol¨ªsticos, los planteamientos de Kasp¨¢rov y Deep Blue recuerdan a los mejores tiempos del cerrojo a ultranza. Aun as¨ª, millones de aficionados est¨¢n cautivados por el duelo. "Los artistas de lentos empates", titulaba ayer el New York Times. Ciertamente, Deep Blue se acerc¨® al arte en la segunda partida. Pero Kasp¨¢rov no le ha dejado repetir.