El Ej¨¦rcito de EE UU autoriza a sus soldados indios a consumir peyote
La excepci¨®n en las ordenanzas aduce motivos religiosos
Si los soldados cat¨®licos est¨¢n autorizados a comulgar pan y vino, no puede impedirse a los soldados indios que comulguen con peyote en sus ritos religiosos. Con la reciente adopci¨®n de ese criterio, el Ej¨¦rcito de EE UU ha permitido una peque?a excepci¨®n a su pol¨ªtica de rotunda oposici¨®n al consumo de estupefacientes. Los indios son tan s¨®lo 9.262 de los 1,4 millones de hombres y mujeres enrolados.
El peyote es un cactus que a partir de determinado nivel de consumo puede ser alucin¨®geno, y como tal fue una de las sustancias empleadas en los a?os sesenta y setenta por la contracultura hippy. Los partidarios de abrir las puertas de la percepci¨®n lo recog¨ªan a uno y otro lado del R¨ªo Grande y le llamaban "el LSD nativo".
Pero antes de eso, el peyote hab¨ªa sido durante siglos la planta utilizada en los rituales religiosos de muchos de los pueblos indios. Para los nativos americanos, consumir colectivamente el cactus -comido, mascado, como jugo o en infusi¨®n- era el equivalente a la comuni¨®n de los cat¨®licos o la oraci¨®n del viernes en la mezquita de los musulmanes. El escritor franc¨¦s Antonin Artaud describi¨® en su libro Tarahumara sus experiencias con una tribu mexicana entre 1919 y 1928.
Hasta ahora, el Ej¨¦rcito estadounidense persegu¨ªa el uso de peyote por sus miembros indios. El navajo Shawn Arnold, sargento en la base de marines en Quantico (Virginia), fue sometido a dos consejos de guerra por consumir el cactus por razones religiosas. Arnold respondi¨® con una campana para denunciar que los indios no pod¨ªan sentirse miembros de pleno derecho de un Ej¨¦rcito que les prohib¨ªa practicar un sacramento central.
10.000 a?os de historia
Las distintas confesiones indias se agrupan en la Iglesia Nativa Americana, que cuenta con unos 250.000 miembros, algo m¨¢s del 10% de la poblaci¨®n india de EE UU. Sus creencias son panteistas y se centran en el papel del cielo como padre y de la tierra como madre. El consumo de peyote, afirma la Iglesia Nativa Americana -y los antrop¨®logos le dan la raz¨®n- se remonta a 10.000 a?os a las primeras etapas de la presencia india en el continente.
En 1994 el Congreso de EE UU concedi¨® su "protecci¨®n" a los indios que usen peyote en ceremonias religiosas. El Ej¨¦rcito se neg¨® en un principio a aplicar esa pol¨ªtica, pero el pasado 27 de abril anunci¨® que la aceptaba, no sin precisar ciertas condiciones, como que el peyote no pueda ser transportado o utilizado en instalaciones, veh¨ªculos, aviones y barcos militares y, asimismo, que quienes lo consuman deber¨¢n hacerlo 24 horas antes de reincorporarse al servicio.
Al argumento cultural los defensores de los derechos indios a?aden que el peyote es inofensivo y, en cualquier caso, mucho menos nocivo para la poblaci¨®n nativa que el alcoholismo. 'Tos estudios publicados en revistas m¨¦dicas estadounidenses afirman que el peyote no es da?ino, no causa adicci¨®n y tampoco provoca reacciones posteriores", dice Robert Peregoy, abogado del Fondo para los Derechos de los Nativos Americanos.
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