La Universidad de Salamanca

Me ha parecido un acierto que El Pa¨ªs Semanal haya dedicado varias p¨¢ginas de sus dos ¨²ltimos n¨²meros a la actual realidad de las universidades espa?olas, comenzando por las m¨¢s recientes y prosiguiendo por las m¨¢s "cl¨¢sicas", a su cabeza la de Salamanca. Para mostrar su renacimiento en la segunda mitad de nuestro siglo, tras el ineludible precedente del rectorado de Unamuno, escribe: "En los ¨²ltimos tiempos han pasado por sus facultades Fernando L¨¢zaro Carreter, Enrique Tierno Galv¨¢n, Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez y Francisco Tom¨¢s y Valiente". Muy justa tal menci¨®n. Pero ?no hubiese sido m¨¢s demostrativa a?adiendo a esa lista los nombres de otros, como el fil¨®logo Antonio Tovar y el qu¨ªmico Angel Vian? Adem¨¢s de haber sido, con su obra personal y su magisterio, el principal promotor del alt¨ªsimo nivel que el cultivo de la antig¨¹edad cl¨¢sica ha alcanzado en el ¨²ltimo medio siglo -de su magisterio han salido, entre otras figuras eminentes, las de Francisco Rodr¨ªguez Adrados y Mart¨ªn S¨¢nchez Ruip¨¦rez-, Tovar, como rector, hizo e inici¨® no poco para elevar la calidad de la Universidad de Salamanca. S¨®lo en el orden representativo, ?c¨®mo olvidar el ¨¦xito internacional y el esplendor con que fue celebrado el s¨¦ptimo centenario de la que ¨¦l entonces reg¨ªa?.-