Medio centenar de muertos en el primera de la campa?a electoral en Argelia

La campa?a electoral para las pr¨®ximas elecciones legislativas, previstas para el 5 de junio, se abri¨® ayer oficialmente en Argelia, coincidiendo con la muerte de medio centenar de personas. La mayor parte de las v¨ªctimas eran mujeres y ni?os, vecinos de una aldea pr¨®xima de Argel, quienes fueron asesinados por un grupo guerrillero, presumiblemente islamista, que asalt¨® a medianoche la granja donde viv¨ªan. Las otras muertes se produjeron a 450 kil¨®metros al oeste de la capital, en una operaci¨®n de limpieza y represalia ejercida por el Ej¨¦rcito contra la guerrilla integrista.

"Eran cuarenta o cincuenta hombres. Nos atacaron-cuando est¨¢bamos durmiendo a medianoche", asegur¨® ayer un campesino de la aldea de Chebli, situada a poco menos de una treintena de kil¨®metros del sur de Argel, mientras recog¨ªa los ¨²ltimos enseres de su domicilio. Se dispon¨ªa a meterlos en el interior de una furgoneta y a abandonar la granja en la que hab¨ªa trabajado toda su vida.Atr¨¢s, en el interior de la casa -una antigua finca colonial francesa-, dejaba los rastros de sangre de una matanza perpetrada la noche anterior, cuando un grupo de desconocidos asalt¨® la vivienda, sac¨® a sus habitantes al patio y degoll¨®, decapit¨®, tirote¨® o quem¨® a 36 de sus habitantes, entre los que se encontraban 17 ni?os dos beb¨¦s y siete mujeres, seg¨²n los primeros informes oficiales.

La granja, que se encuentra aislada a poco menos de un kil¨®metro del pueblo, se halla a un tiro de piedra de otro n¨²cleo urbano tambi¨¦n martirizado, el de Cheb Mohamed, que fue asimismo asaltado e incendiado en la noche del pasado 13 de abril y en el que perdieron la vida otros 30 campesinos, a los que se les sumaron luego cuatro mujeres que hab¨ªan sido previamente secuestradas y presumiblemente violadas.

Ayer, mientras los habitantes del pueblo de Chebli, en medio de la llanura de la Mitiya, a las puertas de Argel, hac¨ªan un alto en la recolecci¨®n de las ¨²ltimas naranjas de la temporada para acercarse al cementerio y enterrar a sus muertos, llegaban a la capital las noticias de otra matanza, ¨¦sta perpetrada por el Ej¨¦rcito gubernamental al oeste del pa¨ªs, en la regi¨®n de Saida, donde, seg¨²n las primeras versiones, se registraron como m¨ªnimo 11 muertos.

La operaci¨®n militar de represalia o limpieza desencadenada por el Ej¨¦rcito se hab¨ªa iniciado el martes como respuesta a una acci¨®n de la guerrilla integrista, que durante algunas horas hab¨ªa interrumpido la circulaci¨®n de una carretera nacional y secuestrado a cuatro viajeros de una furgoneta cuando circulaba entre los t¨¦rminos municipales de Dhui-Thabet y Yub, muy cerca de Sidi Bel Abes, a 440 kil¨®metros de la capital.

Aviaci¨®n y morteros

Las tropas del general Mohamed Lamari, el m¨¢ximo responsable de la lucha contra el integrismo, utlizaron todo tipo de armamento, incluidos aviaci¨®n y morteros, que dejaron completamente destrozados e irreconocibles los cuerpos de estas primeras 11,v¨ªctimas, a las que se podr¨ªan sumar un n¨²mero indeterminado de muertos, cuya cifra seguramente nunca ser¨¢ desvelada.Todo eso sucedi¨® ayer en Argelia mientras el Gobierno daba por abierta la campa?a electoral de unas elecciones legislativas con las que pretende devolver la tranquilidad perdida durante estos ¨²ltimos cinco a?os y recuperar la vida parlamentaria, secuestrada por el golpe de Estado de enero de 1992. La operaci¨®n de propaganda la inici¨® simb¨®licamente el jefe de Gobierno, Ahmed Uyahia, en la alcazaba de Argel, un feudo islamista, donde lanz¨® un discurso y anim¨® a sus vecinos a ir a las urnas.

M¨¢s de 7.700 candidatos a parlamentarios, pertenecientes a 39 partidos y una alianza, a los que hay que sumar algunos independientes, saldr¨¢n tambi¨¦n los pr¨®ximos d¨ªas a la calle para reclamar el voto de alguno de los casi 17 millones de electores, la mayor¨ªa de los cuales se muestran esc¨¦pticos y se preguntan cu¨¢ndo acabar¨¢ tanta violencia y miseria. Estas operaciones electorales ser¨¢n seguidas por dos centenares de observadores internacionales y por un n¨²mero indeterminado de periodistas extranjeros, que han recibido consignas claras de las autoridades: no salir de Argel, aceptar la custodia policial y escribir s¨®lo de los comicios sin fijarse en las cuestiones de orden p¨²blico.