Exteriores espera un gesto de Fidel Castro para nombrar al nuevo embajador

Aunque las relaciones hispano-cubanas abandonen pronto el s¨ªndrome de la monta?a rusa -ca¨ªdas de v¨¦rtigo en el plano diplom¨¢tico seguidas de alzas notables en el plano comercial- para buscar trayectorias menos agitadas, el nombramiento de embajador espa?ol en La Habana no est¨¢ en el horizonte inmediato. El calendario m¨¢s optimista, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas espa?olas, apunta a que la designaci¨®n se har¨¢, como pronto, el pr¨®ximo verano. Madrid sigue esperando "gestos positivos" de La Habana para proceder al nombramiento.

La celebraci¨®n el a?o pr¨®ximo del centenario de la guerra hispano-norteamericana que puso fin a m¨¢s de cuatro siglos de presencia espa?ola en la isla, obliga a no demorar indefinidamente el nombramiento. El pasado mes de noviembre, Cuba retir¨® el pl¨¢cet al diplom¨¢tico Jos¨¦ Coderch, designado como nuevo embajador espa?ol en La Habana, como gesto de protesta por supuestas injerencias espa?olas en la pol¨ªtica interna cubana.El ¨²ltimo incidente, la airada protesta del presidente de la Asamblea cubana, Ricardo Alarc¨®n, que rechaz¨®, en t¨¦rminos en¨¦rgicos, una invitaci¨®n del Parlamento espa?ol para asistir en Madrid como "observador" a la VII Conferencia de Presidentes de Parlamentos Democr¨¢ticos Iberoamericanos, ha puesto de manifiesto la voluntad de ambas partes de reducir tensiones. Alarc¨®n consider¨® un insulto que se discrimine a Cuba como pa¨ªs "observador" cuando en otras conferencias ha participado en iguales condiciones que el resto de los pa¨ªses iberoamericanos.

"No hay crisis", declaraba el jueves la canciller¨ªa cubana, que reiteraba la voluntad de di¨¢logo del Gobierno cubano para mantener y "fortalecer" las relaciones entre los dos pa¨ªses. En Madrid, un alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores respond¨ªa que existe decidida voluntad "de evitar conflictos" con La Habana, pero evitaba dar un paso m¨¢s que apuntase hacia un "fortalecimiento" de las relaciones.

El ministro Abel Matutes, partidario de una r¨¢pida normalizaci¨®n de relaciones con La Habana y contrario a la confrontaci¨®n ideol¨®gica con el r¨¦gimen castrista, ha dado a conocer sus contactos telef¨®nicos con Roberto Robaina, canciller cubano, que le cubri¨® de improperios el pasado mes de marzo tras una intervenci¨®n del ministro espa?ol en favor de un turista madrile?o retenido en la isla tras sufrir un accidente de tr¨¢fico.

Los defensores de una r¨¢pida normalizaci¨®n de relaciones con Cuba argumentan que ello permitir¨ªa a Madrid recuperar alguna influencia ante las autoridades cubanas, influencia que ha quedado reducida a cero con la pol¨ªtica de confrontaci¨®n ideol¨®gica. Los partidarios de la l¨ªnea dura, sin embargo, exigen "gestos" de La Habana, para proceder a la normalizaci¨®n de relaciones. Estos sectores se?alan que la represi¨®n de la oposici¨®n pol¨ªtica sigue siendo intensa y selectiva, aunque se mantiene en un bajo nivel para evitar esc¨¢ndalos internacionales.

Madrid sigue con atenci¨®n, y cierta impotencia, la situaci¨®n de uno de esos disidentes, H¨¦ctor Palacio Ruiz, sobre el que se ha interesado, de forma discreta, la propia Uni¨®n Europea. Palacio, adoptado por Amnist¨ªa Internacional (Al) como preso de conciencia, presidente del partido Solidaridad Democr¨¢tica y miembro de la coordinadora de la oposici¨®n Concilio Cubano, fue detenido el 9 de de enero de 1977 y est¨¢ recluido, seg¨²n Al, sin luz ni ventilaci¨®n. Concilio Cubano es una amplia coalici¨®n de grupos no oficiales que incluye a defensores de los derechos humanos, grupos pol¨ªticos y grupos de abogados, mujeres, sindicalistas, etc¨¦tera. Seg¨²n Al, al menos cinco miembros de Concilio Cubano siguen encarcelados y son considerados presos de conciencia.

La diplomacia espa?ola, que s¨®lo se interesa por los presos de conciencia en Cuba y evita hablar de los presos de conciencia en otros pa¨ªses iberoamericanos, est¨¢ dividida entre los que creen que antes exist¨ªa una cierta capacidad de acci¨®n frente a las autoridades cubanas y los que son partidarios de la l¨ªnea norteamericana del palo y la zanahoria: gestos de ayuda a cambio de acciones concretas. El sector favorable al di¨¢logo recuerda que Espa?a dif¨ªcilmente habr¨ªa podido mediar en conflictos como los de El Salvador o Guatemala si la izquierda latinoamericana no hubiera aceptado su mediaci¨®n. Una izquierda, poderosa en el pasado, que hoy vive horas bajas pero que no ha desaparecido del escenario pol¨ªtico del continente.

A ese dif¨ªcil equilibrio se a?ade la celebraci¨®n del centenario, en 1998, una fecha clave en la historia de Espa?a. A ello se suma el deseo del Rey de Espa?a de visitar Cuba, ¨²nico territorio de Am¨¦rica al que todav¨ªa no ha viajado.