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Laberinto burocr¨¢tico de un profesor brit¨¢nico en Espa?a
Kevin Hackett dio saltos de alborozo cuando la jurisprudencia comunitaria y la ley espa?ola sobre libre circulaci¨®n de los trabajadores dio v¨ªa libre para que los nacionales de cualquier pa¨ªs de la Uni¨®n llegaran a ser funcionarios docentes en Espa?a. Brit¨¢nico, de 43 a?os, vive en Espa?a desde 1988. Est¨¢ casado con una espa?ola, tiene dos hijos y reside en Barcelona. En abril de 1996 se dijo: "?sta es la m¨ªa". So?aba con ense?ar ingl¨¦s en secundaria, pero necesitaba presentarse a las oposiciones.Las cosas estaban f¨¢ciles, se trataba de solicitar la homologaci¨®n de su t¨ªtulo de licenciado en Ense?anza de Ingl¨¦s por la Universidad de Picardie (Amiens, Francia), convalidaci¨®n a su vez de su licenciatura en Educaci¨®n por la de Sussex (Reino Unido). Hackett imparti¨® clases de ingl¨¦s en un centro oficial en Francia entre 1981 y 1983, antes de que entrara en vigor la nueva ordenaci¨®n comunitaria.
El 3 de abril de 1996, movido por su intenci¨®n de ser profesor en un instituto de Barcelona, se puso en marcha: present¨® los documentos en la secci¨®n de Ense?anza del Gobierno Civil de Barcelona, que, sin demora, remiti¨® la documentaci¨®n a Madrid, a la Subdirecci¨®n General de T¨ªtulos, Convalidaciones y Homologaciones, secci¨®n de Legalizaciones, del Ministerio de Educaci¨®n.
Dos meses despu¨¦s, cuando hab¨ªa comenzado los primeros ejercicios de la oposici¨®n, Hackett llam¨® a las oficinas de Madrid, donde, seg¨²n su versi¨®n, le aseguraron que la cuesti¨®n no llevar¨ªa demasiado tiempo. A finales de junio, la presidenta del tribunal le dijo que no pod¨ªa continuar con los ejercicios sin la homologaci¨®n de su licenciatura. Hackett hab¨ªa superado el examen de castellano y otras cuatro pruebas. Tuvo que abandonar. "Yo no era consciente de que mis documentos hab¨ªan ca¨ªdo en los cajones de la burocracia", afirma.
En la segunda quincena de julio, Hackett recibi¨® una carta del ministerio en la que le comunicaban que en su expediente faltaba el t¨ªtulo original de la Universidad de Sussex, documentaci¨®n que remiti¨®. "He llamado a Homologaciones unas 200 veces, de las cuales he podido hablar unas 50", comenta. Despu¨¦s de su ¨²ltima entrega de documentos, "silencio sepulcral". "Pens¨¦ que los hab¨ªan perdido. En efecto, no aparecieron hasta septiembre".
"Varias veces se me ha dicho que mi situaci¨®n estaba en puertas de regularizarse, pero la ¨²ltima llamada al ministerio fue totalmente desalentadora", relata. "Los documentos se encontraban entre otros 1.500 expedientes, pendientes de respuesta y apilados en una caja. Me informaron que carec¨ªan de tiempo y personal para sacarlos". Con iron¨ªa, Hackett recuerda que se ofreci¨® voluntario para hurgar en la caja, pero que, muy amablemente, le contestaron que no proced¨ªa.
El 22 de abril, Kevin Hack¨¦tt supo que su expediente est¨¢ en la Secretar¨ªa General del Consejo de Universidades, que ha de preparar un informe aprobatorio y remitirlo a la Subdirecci¨®n de T¨ªtulos. Su documentaci¨®n lleg¨® al Consejo el 30 de octubre y, seg¨²n fuentes de este organismo, est¨¢ previsto que vaya a la pr¨®xima reuni¨®n de la Subcomisi¨®n de Evaluaci¨®n a finales de mayo. Esta comisi¨®n ser¨¢ la que eval¨²e el expediente y redacte un informe, favorable o no, aunque no vinculante, que remitir¨¢ en junio a la Subdirecci¨®n de T¨ªtulos, que, a su vez, expedir¨¢ la credencial si se acredita la equivalencia de los estudios cursados a los espa?oles.
Seg¨²n Hackett, el ministerio estima que todo puede quedar arreglado para Navidades, aunque se le ha advertido de la posibilidad de que tenga que cursar asignaturas complementarias en una universidad espa?ola. Inasequible al desaliento, Hackett se ha vuelto a inscribir para las oposiciones de este a?o.
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