"Quiero que mis lectores lean despacio, se paren, sientan y piensen"

Sentada en una c¨¦ntrica cafeter¨ªa de Madrid, Anne Michaels (Canad¨¢, 1958) es una desconocida que llama poderosamente la atenci¨®n. Algo que parece incomodar a esta escritora que se oculta bajo una melena renacimiento y una gabardina larga y negra. Bajo su aspecto de pitonisa n¨®rdica, la escritora no habla, susurra, y en su cara ojerosa y p¨¢lida apenas asoma una sonrisa. Su actitud, sin embargo, no resulta inc¨®moda; simplemente parece dar alguna pista de por qu¨¦ ha tardado diez a?os en escribir Piezas en fuga (Alfaguara), su primera y celebrada novela, calificada por John Berger en una cr¨ªtica en el semanal The Observer como uno de los libros m¨¢s bellos de los ¨²ltimos cuarenta a?os. "Este libro extraordinario es un mundo, quiz¨¢ es el mundo", afirma el autor ingl¨¦s en su rese?a."No es exacto decir que he tardado diez a?os en escribir la novela", puntualiza la escritora. "En realidad, he tardado diez a?os en pensarla. Y no me parece mucho para el tipo de preguntas que me planteo en ella", a?ade. "Quiero que mis lectores lean despacio, se paren, sientan y piensen. Quiero que me acompa?en a lo largo de esas preguntas que yo me planteo", a?ade Michaels, que habla de c¨®mo los personajes llegaron a ella: "Se me aparecieron y simplemente les dej¨¦ tomar cuerpo".

Dos son las cuestiones que la autora dice haberse planteado a la hora de escribir Piezas en fuga: ?qu¨¦ significa actuar con moralidad? y ?c¨®mo se enfrenta una fe a la peor de las tragedias y en qu¨¦ se convertir¨¢ esa fe despu¨¦s? El libro, tambi¨¦n divido en dos partes, tiene dos voces principales: la de Jakob Beer, un muchacho polaco que logra sobrevivir al holocausto nazi gracias a un cient¨ªfico humanista que le refugia en una hermosa isla griega y, muchos a?os despu¨¦s, la de Ben, un joven profesor obsesionado por la memoria de la guerra.

El pasado

"Tanto Jakob como Ben est¨¢n marcados por unos sucesos que jam¨¢s les ocurrieron a ellos directamente, y eso es una realidad para todos. En realidad, a todos nos interesa el pasado, c¨®mo fue la vida de nuestros padres. Pero para los hijos de la Guerra Mundial la pregunta sobre la vida de sus padres es la m¨¢s dif¨ªcil que le ha tocado respecto a ninguna otra generaci¨®n".Para Anne Michaels, que tambi¨¦n ha publicado dos libros de poes¨ªa y que ya prepara su segunda novela -"s¨®lo espero que sea hermosa", dice-, su meta al escribir es poder comunicar sentimientos a trav¨¦s de ideas, "y que esas ideas lleguen a trav¨¦s de im¨¢genes". "Sentir sin pensar no es suficiente y pensar sin sentir tampoco. En este mundo se separa una cosa de la otra y para m¨ª eso es imposible", concluye.