Laurent Kabila se toma su tiempo para formar nuevo Gobierno en Congo
ENVIADO ESPECIALA¨²n no hay Gobierno. S¨®lo reuniones hasta la madrugada y numerosos contactos. Laurent Kabila, el l¨ªder rebelde que el s¨¢bado se convirti¨® en jefe de Estado de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (antiguo Zaire), est¨¢ tom¨¢ndose m¨¢s tiempo del prometido. Y es que la composici¨®n del Ejecutivo va a ser la primera se?al clara de cu¨¢les son las verdaderas intenciones pol¨ªticas de su partido.
"Soy pesimista. No creo que haya Gobierno de unidad nacional ni multipartidismo ni elecciones a corto plazo", dice uno de los embajadores de la Uni¨®n Europea (UE). Es la tesis francesa. Los norteamericanos, mucho m¨¢s comprensivos con los que ayudaron a auparse en el poder, aseguran en privado que hay que dar tiempo a las nuevas autoridades. Consideran que dos a?os es un plazo razonable para convocar esos comicios. A lo que no renuncian en ese periodo de gracia es al respeto de los derechos humanos. La Alianza para la Liberaci¨®n de Congo no ha hablado de fechas. S¨®lo de crear una Asamblea constituyente que decidir¨¢ el sistema de Gobierno y la duraci¨®n de la transici¨®n.Los encorbatados y sonrientes hombres de Kabila, que han copado el hotel Intercontinental -el mismo que refugi¨® a ¨²ltima hora a cientos de mobutistas- no ocultan sus intenciones a corto plazo: "Hemos ganado la guerra y por lo tanto el derecho a organizar pol¨ªticamente este pa¨ªs". Sin embargo, esa misma magnitud de la victoria conlleva un riesgo: el llamado s¨ªndrome sandinista. Es decir, creerse los ¨²nicos int¨¦rpretes de la voluntad de los nuevos ciudadanos congole?os.
Etienne Tshisekedi, l¨ªder de la oposici¨®n radical a Mobutu, muy popular en Kinshasa, desea un papel relevante. Para la Alianza, Tshisekedi es un se?or que ha empleado los ¨²ltimos 30 a?os luchando no para cambiar el denostado r¨¦gimen sino para ser primer ministro en ¨¦l. No le consideran un hombre de futuro, pero su fuerza en la capital le convierte en un pol¨ªtico a tener en cuenta.
Kabila, tras su entrada nocturna y triunfal en la capital, se mantuvo ayer encerrado en la residencia del ex primer ministro, Likulia Bolongo, ahora en el exilio. Hay temor por su seguridad. Pese a la entrada de m¨¢s tropas rebeldes, las nuevas autoridades no est¨¢n seguras de haber eliminado todos los focos de resistencia mobutistas. Paul Kabongo, el responsable de seguridad de la Alianza, cree que el asesinato el martes de dos franceses es obra de miembros de la antigua Divisi¨®n Especial Presidencial.
Por otra parte, el presidente de la comisi¨®n pol¨ªtica de la Uni¨®n Europea Occidental (UEO), el franc¨¦s Jacques Baumel, denunci¨® ayer en Par¨ªs que "bajo pretexto d¨¦ una venganza contra Mobutu, se asiste a una enorme desestabilizaci¨®n de ?frica y a la eliminaci¨®n de la influencia francesa", informa Enric Gonz¨¢lez desde Par¨ªs. Baumel, que es tambi¨¦n diputado neogaullista, a?adi¨® que esa desestabilizaci¨®n ha sido "lanzada por Estados angl¨®fonos del este africano, con al menos la bendici¨®n, y probablemente el apoyo oculto, de EE UU".
Con su comunicado, el dirigente de la UEO expres¨® abiertamente la irritaci¨®n de la diplomacia francesa ante su p¨¦rdida de influencia en ?frica, algo cada vez m¨¢s perceptible entre los miembros del Gobierno de Par¨ªs y apenas camuflado por constantes referencias al desastre humanitario de los refugiados ruandeses.
Jacques Chirac presidi¨® ayer un miniconsejo de ministros dedicado a estudiar la situaci¨®n en el nuevo Congo tras el asesinato de los dos ciudadanos franceses. Las dos muertes fueron consideradas "un hecho aislado". El primer ministro, Alain Jupp¨¦, declar¨®: "Sean cuales sean las consideraciones de gran pol¨ªtica que se hagan aqu¨ª o all¨¢ [respecto a la p¨¦rdida de influencia], el honor de Francia habr¨¢ radicado en ser uno de los pocos pa¨ªses del mundo que han denunciado el desastre humanitario registrado en el este del Zaire".
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