F¨²tbol
No sigo el f¨²tbol y no entiendo por qu¨¦ ¨¦l se empe?a en perseguirme a mi. S¨¦, a mi pesar, qui¨¦n es Fabio Capello, Kubala, Ra¨²l, Simeone y Soloz¨¢bal. Conozco a la novia de Ronaldo, a los padres de Butrague?o y he le¨ªdo las obras completas de Valdano antes de que se publicaran aqu¨ª las de Canetti. Ya est¨¢ bien, ?no? Ahora acabo de enterarme de que un jugador franc¨¦s -portero del Paris Saint-Germain para m¨¢s se?as- ha sido sancionado por fumarse un porro. Esta droga pasivizante es ideal para el ensue?o, pero muy mala para entenderse con la realidad, sobre todo si se presenta en forma de delantero con el pelo rapado. El castigo no es, pues, por competencia desleal, como cuando se toman anfetaminas para rendir m¨¢s, sino para dar ejemplo no sabemos de qu¨¦ ni a qui¨¦n.El consumo de hach¨ªs no est¨¢ prohibido en Francia, excepto por motivos religiosos, que son los que ha venido a esgrimir el ministro de Deportes del pa¨ªs vecino para justificar la sanci¨®n al deportista parad¨®jico. Si a estas actuaciones de la derecha francesa a?adimos el empe?o de la espa?ola para que el f¨²tbol sea obligatorio, tendremos que deducir que el deporte ha devenido en una forma de fe. Las religiones no proh¨ªben comer cerdo, masturbarse o fumar un puro despu¨¦s de las comidas por motivos racionales, sino para mantener a los fieles en tensi¨®n todo el rato. Por eso a veces ordenan tambi¨¦n liquidar escritores o degollar mujeres. Lo importante es que no decaiga la devoci¨®n.
El f¨²tbol, reciclado en un proveedor de sentido trascendental, proh¨ªbe ahora a los deportistas lo que quiere imponer al resto de los contribuyentes. De ah¨ª que nos persiga con la sa?a con la que el cura del colegio nos arrastraba a misa a tortas. Por cierto, se parec¨ªa mucho a Cascos, que quiere llevarnos a patadas al estadio. El eterno retorno.
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