Ronaldo deja la Liga emocionante
El Bar?a echa el aliento al Madrid tras derrotar al Deportivo con un gol del brasile?o en el ¨²ltimo minuto
Ni un guionista pod¨ªa haberlo hecho mejor. Ronaldo tuvo una despedida de cine. Corr¨ªa el minuto 90, el Bar?a ve¨ªa c¨®mo la Liga pr¨¢cticamente se le iba y Ronaldo, que no hab¨ªa hecho gran cosa hasta entonces, eligi¨® ese momento para emerger como un gigante. El brasile?o hab¨ªa ca¨ªdo, recogi¨® un rebote, se levant¨®, tom¨® la pelota, la at¨® a su bota, corri¨® hasta el ¨¢rea y fusil¨® a Songo'o. El Camp Nou enloqueci¨®. Vio c¨®mo se le daba la vuelta a un partido terriblemente dif¨ªcil. Fue un delirio similar al del remonte ante el Atl¨¦tico en el memorable partido de Copa.Ronaldo se ir¨¢ hoy y deja al Bar?a vivo. Los azulgrana, que estuvieron a. punto de morder el polvo ante un s¨®lido Deportivo, el equipo menos goleado del campeonato, cumplieron su objetivo: tienen asegurada. ya la plaza para la Liga de Campeones y se sit¨²an a dos puntos del Madrid. El turno toca esta tarde en San Mam¨¦s.
Podr¨¢n acusarle de pensar s¨®lo en su contrato, de tener la mente en Brasil y de jugar siempre solo. Pero Ronaldo marca, por encima de todos, la diferencia. Fue ¨¦l quien desequilibr¨® la balanza entre el equipo m¨¢s goleador y el que tiene la porter¨ªa menos perforada. El brasile?o jug¨® ayer su ¨²ltimo partido en. el Camp Nou, todav¨ªa no se sabe si de la temporada -hay dudas de si abandonar¨¢ su selecci¨®n para estar ante el H¨¦rcules- y se desconoce si ayer se despidi¨® como azulgrana. Su gol refuerza a quienes repudian, como el mismo Robson, su posible marcha al calcio. Pero ¨¦l, posiblemente, no atienda a m¨¢s razones que a las de su ficha. Ronaldo ha dejado la pelota en el tejado de N¨²?ez. Hay detalles que delatan: prefiri¨® al final del partido saludar a sus compatriotas del Deportivo mientras sus compa?eros aplaud¨ªan desde el centro del campo al p¨²blico. Y cuando la afici¨®n core¨® su nombre, ¨¦l opt¨® por alzar la mano en una t¨ªmida despedida.
El Camp Nou vivi¨® el mismo principio y el mismo final. Ten¨ªa ganas de fiesta despu¨¦s de dos semanas de ¨¦xitos. La celebraci¨®n del t¨ªtulo de la Liga de baloncesto y la Recopa del equipo de f¨²tbol auguraban una buena noche. Pero Renaldo avis¨® que el Deportivo no hab¨ªa viajado a Barcelona para sumarse a los festejos. No tard¨® ni dos minutos en helar el estadio y dejar sentado que el partido iba a ser a cara de perro. El aviso de Renaldo, frustrado por un impecable Ba¨ªa, devolvi¨® a la tierra al Bar?a. Llegaron minutos de un f¨²tbol r¨¢pido, f¨¢cil, que adivinaba el gol. La defensa del Deportivo, con varios fallos estrepitosos, ayud¨®. Menos lo hicieron los azulgrana. Figo y Ronaldo -por dos veces- erraron ocasiones m¨¢s que cantadas. Los gestos revelan cosas. Y el individualismo, m¨¢s. Figo estir¨® de las orejas a Iv¨¢n de la Pe?a por no ver c¨®mo se desesperaba solo en la banda y Luis Enrique hizo lo propio con Ronaldo. S¨®lo el delantero portugu¨¦s y Abelardo estuvieron a punto de marcar.
El Deportivo, pese al acopio de su t¨¦cnica, no intimid¨® mucho m¨¢s a Ba¨ªa. El gol no llegaba, la grada se irrit¨® y Ronaldo acumul¨® cierta ira. Parec¨ªa m¨¢s cerca de Brasil -en el Deportivo jugab¨¢n ayer seis compatriotas suyos- que del Camp Nou. No estaba dando la justa medida de su despedida. Escuch¨® abucheos y muchos debieron acordarse de su aumento de sueldo y de que quiz¨¢ era su despedida definitiva. Sin Ronaldo entonado y con Guardiola ocup¨¢ndose m¨¢s de las tareas defensivas -qued¨® emparejado con Rivaldo-, el Bar?a se fue perdiendo.
El Barcelona vive de la inteligencia del centrocampista y de los goles del brasile?o -se negocia la continuidad de ambos- y, sin ellos, se queda sin direcci¨®n. El grupo de Robson sufri¨® un importante colapso de ideas mientras el Deportivo se asent¨®, teji¨® su tela de ara?a a la espera de que un destello de su t¨¦cnica le permitiera dar el golpe de gracia.
Sue?os enloquecidos
Los sue?os de unos y otros enloquecieron el partido. El Bar?a apuraba sus aspiraciones en la Liga y el Deportivo las suyas en la Liga de Campeones. Alberto Silva se la jug¨® y el Deportivo se estir¨®. Las ocasiones se sucedieron de porter¨ªa a porter¨ªa. Ronaldo se encontr¨® varias veces en la misma situaci¨®n: solo, en el ¨¢rea, escorado a la derecha, chutando inocentemente sin ver ni a ?scal primero ni a Figo despu¨¦s. El mayor de los Garc¨ªa envi¨® un bal¨®n al poste y Rivaldo fall¨® solo ante Ba¨ªa. El partido se calent¨® y D¨ªaz Vega, con un singular pasado con sus relaciones con el Camp Nou, lleg¨® a provocar hasta la ira del flem¨¢tico Robson, el t¨¦cnico fuerte. El reloj corr¨ªa y Robson se la jug¨® dando entrada a Stoitchkov y retirando a un defensa, Ferrer, para revolucionar el partido. Pero el recambio no sirvi¨® de mucho. El p¨²blico se excit¨® ante la entrada del b¨²lgaro, a quien dispens¨® la misma ovaci¨®n que a Begiristain, uno de los ex miembros m¨¢s queridos del dream team. Flavio tuvo el gol de la victoria en sus botas y el Bar?a fue presa de los nervios. Llegaron, errores, fallos y ni una ocasi¨®n m¨¢s. El p¨²blico se desesper¨® y empez¨® a desfilar despidi¨¦ndose de la Liga. Fue entonces cuando Ronaldo hizo el mejor regalo. Marc¨® y se fue alargando el suspense de la Liga.
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