Francia vota hoy sin ganas y con desconfianza
El viernes, ¨²ltimo d¨ªa de campa?a, la principal cadena privada de televisi¨®n francesa abri¨® su informativo estelar con las protestas del sector lechero. Siguieron un juicio por envenenamiento, un caso de abuso de menores, una huelga de pilotos de Air France y, ya hacia el final, un escueto bloque de noticias electorales. Algo parecido hizo la televisi¨®n p¨²blica. La explicaci¨®n es simple: los telespectadores tienden a cambiar de canal en cuanto aparece un pol¨ªtico en pantalla La impopularidad de la clase pol¨ªtica es una de as claves de unas elecciones legislativas que legan hoy a su primera vuelta, precedidas de una campa?a vacua y entrecortada. Francia se juega mucho, pero votar¨¢ con desgana y desconfianza.
M¨¢s de 39 millones de electores son convocados a las urnas en 575 circunscripciones (las dos de Polinesia ya han votado) para elegir a otros tantos diputados. Muy pocos obtendr¨¢n la mayor¨ªa absoluta necesaria y har¨¢ falta, por tanto, una segunda vuelta el pr¨®ximo domingo, a la que acceder¨¢n quienes hoy hayan logrado el voto de al menos el 12,5% del total del censo.Los grandes partidos temen una abstenci¨®n alta y mucho voto de protesta, algo l¨®gico cuando se conjugan un pa¨ªs con problemas, una clase pol¨ªtica que prefiere no afrontarlos abiertamente y una poblaci¨®n que se resiste a las reformas. Durante sus dos primeros a?os de mandato, el presidente Jacques Chirac ha denunciado los bloqueos y el corporativismo que afectan a la sociedad francesa. Pero ha sido incapaz de dibujar un proyecto de futuro lo bastante atractivo como para vencer las resistencias a la evoluci¨®n.
Muchos indicadores est¨¢n en rojo en Francia. Su desempleo (12,8%, pese a un ligero maquillaje estad¨ªstico) es el m¨¢s alto entre las grandes potencias econ¨®micas. Su endeudamiento p¨²blico (4,2% del producto interior bruto, PIB) est¨¢ a¨²n lejos de cumplir con Maastricht. La presi¨®n fiscal es abrumadora: el 45,7% de todo el PIB se va en impuestos. Y s¨®lo la inflaci¨®n, inferior al 1% anual, es ¨®ptima, aunque se deba en gran medida a la aton¨ªa econ¨®mica.
Seis millones de pobres
Socialmente, la situaci¨®n es mala: casi seis millones de personas en la pobreza, una violencia suburbial que ya ha hecho irrupci¨®n en el interior de las escuelas y una fiebre de protestas laborales que, por primera vez, no ha respetado la tregua electoral.Las im¨¢genes que han caracterizado la campa?a han sido las de las huelgas de ferroviarios y pilotos de Air France (todos ellos empleados p¨²blicos), los millones de litros de leche derramados por los ganaderos (subvencionados) en exigencia de mejores precios, y las frutas y verduras espa?olas volcadas en las cunetas por ser "demasiado baratas". Francia sigue exigi¨¦ndolo todo del Estado protector, pero ya no puede satisfacer la voracidad financiera de ese Estado omnipresente. El modelo dirigista, perpetuado desde Luis XIV y Colbert hasta hoy, no logra adaptarse a la era de la competencia global. Se ha llegado a una situaci¨®n l¨ªmite.
El d¨²o en el poder desde 1995, Jacques Chirac como presidente y Alain Jupp¨¦ como primer ministro, enarbola la bandera liberal (sin insistir en esa palabra que suena mal a los franceses) de la reducci¨®n del gasto p¨²blico y de los impuestos. Sin embargo, el gasto p¨²blico y la presi¨®n fiscal han seguido aumentando en los dos ¨²ltimos a?os.
Tanto Ch¨ªrac como Jupp¨¦ (igual que Lionel Jospin, Edouard Balladur, Philippe S¨¦guin y la gran mayor¨ªa de los l¨ªderes pol¨ªticos) se formaron en la elitista Escuela Nacional de Administraci¨®n (ENA), una f¨¢brica de altos funcionarios en la que se inculca la primac¨ªa del Estado sobre cualquier otra cosa. Esos mandarines de la alta funci¨®n p¨²blica identifican sistem¨¢ticamente (como much¨ªsimos franceses) el Estado con la justicia social y el mercado con la desigualdad y la explotaci¨®n, fen¨®menos a su vez intr¨ªnsecos, desde el punto de vista franc¨¦s, al capitalismo anglosaj¨®n.
IRA, ETA, Mafia, ENA
La ENA ha sido uno de los chivos expiatorios de la campa?a electoral. El mism¨ªsimo Alain Jupp¨¦, prototipo del enarca arrogante, afirm¨® al principio de la campa?a que la ENA deb¨ªa ser "suprimida", para desdecirse al d¨ªa siguiente.El ex ministro de Econom¨ªa Alain Madelin, que apenas dur¨® unos meses en el primer Gobierno de Jupp¨¦ por sus ansias de recortar la n¨®mina estatal, es uno de los pocos que no teme proclamarse "liberal" y se expresa brutalmente acerca del poder enarca: "Los brit¨¢nicos sufren el IRA, los espa?oles, la ETA; los italianos, la Mafia Y' los franceses la ENA".
La escuela, creada en 1946 y recientemente trasladada a Estrasburgo, es tan consciente de su papel que, cuando este peri¨®dico intent¨® recabar la opini¨®n de sus directivos sobre las cr¨ªticas que recib¨ªa, declin¨® expresarse hasta el t¨¦rmino de la campa?a electoral para respetar su "deber de neutralidad".
[Un ¨²ltimo sondeo del centro de estudios IPSOS, no difundido en Francia, indicaba ayer que aunque la distancia entre derecha e izquierda se reduce a 24 horas de las elecciones, la mayor¨ªa saliente RPR-UDF ganar¨¢ la segunda vuelta con una diferencia de 43 esca?os, seg¨²n informa la agencia France Presse.]
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