Palabra de Rodr¨ªguez

CUANDO ALGUIEN dice "?y t¨² m¨¢s!" est¨¢ reconociendo: "Yo, por supuesto". ?sa es la contradicci¨®n en la que est¨¢ atrapado el Gobierno en su agresiva estrategia de defensa del secretario de Estado de Comunicaci¨®n, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, acusado de haber amenazado con la c¨¢rcel al empresario Antonio Asensio tras haber defraudado ¨¦ste las expectativas gubernamentales. Uno de los elementos que daban verosimilitud a la acusaci¨®n es que esa amenaza se plasm¨® en una denuncia an¨®nima contra Asensio tramitada por el fiscal general.Por eso Rodr¨ªguez se empe?¨® ayer en buscar la simetr¨ªa a todo precio, de manera que el asunto pudiera plantearse en t¨¦rminos de palabra contra palabra: el amenazado fue ¨¦l, y Asensio, el amenazador. Claro que las amenazas proferidas por ¨¦l las conocemos al detalle y por cuadruplicado. Nada explic¨® en cambio de las que habr¨ªa recibido ?el 26 de noviembre!, dos d¨ªas antes de que Asensio posara p¨²blicamente para la foto de la plataforma digital del Gobierno. Demasiada simetr¨ªa para no resultar sospechosa. De momento, lo ¨²nico seguro es que el Gobierno trat¨® de crear un grupo af¨ªn para contrarrestar la influencia de medios considerados no favorables a sus intereses y que, al fallar sus planes, utiliz¨® el poder para legislar contra esos medios. Se confirma as¨ª que toda mala causa conduce al empleo de m¨¦todos inconfesables. Y quienes recurren a ellos suelen mentir o escudarse en que sus rivales hicieron lo mismo.

Despu¨¦s de ampararse en el car¨¢cter privado de sus conversaciones y de desautorizar luego a sus denunciantes por su condici¨®n de asalariados de Asensio, Rodr¨ªguez se sac¨® ayer de la manga un episodio que ha debido memorizar en las ¨²ltimas semanas y que presenta a un Asensio amenazante justo cuando estaba asociado al proyecto digital del Gobierno. Todo dentro de la l¨®gica del "y t¨² m¨¢s" a la que responde este Gobierno cada vez que la oposici¨®n censura sus actos. S¨®lo desde esa l¨®gica se explica que el PP haya respondido a la petici¨®n socialista de investigar en el Parlamento las supuestas amenazas a los medios y los eventuales abusos de poder del Gobierno con otra comisi¨®n paralela que analice lo que hicieron en este mismo campo los Gobiernos socialistas.

El PSOE plante¨® ayer que la investigaci¨®n se remonte hasta el inicio de la transici¨®n. Que hay materia para investigar, no nos cabe ninguna duda, y no seremos nosotros quienes nos opongamos. Pero usar el Parlamento para ajustar cuentas con el pasado tiene poco que ver con las funciones de control del Gobierno que la Constituci¨®n le atribuye. Se da la paradoja de que una democracia que por prudencia renunci¨® a investigar a la dictadura parece empe?ada en abrirse procesos generales a s¨ª misma. ?Est¨¢ dispuesto el Ejecutivo a correr tales riesgos por salvar a un portavoz pir¨®mano?