Despu¨¦s de 'Minisat', ?qu¨¦?
A mediados de los setenta se lanz¨® el microsat¨¦lite Intasat, el primero con matr¨ªcula espa?ola. Hubo que esperar hasta los noventa para asistir a la puesta en ¨®rbita de los dos Hispasat, en los, que la industria espacial nacional tuvo un papel muy significativo. En el a?o 1995 se cre¨® en Espa?a el Registro de Objetos Lanzados al Espacio Ultraterrestre (ROLEU), y ese mismo a?o se lanz¨® el microsat¨¦lite UPM-Sat 1 (ROLEU-4) de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid (UPM), dise?ado y construido con tecnolog¨ªa espa?ola. En 1997 se ha puesto en ¨®rbita el Minisat 01 (ROLEU-5), desarrollado por la industria espacial espa?ola y con unas misiones cient¨ªficas bajo responsabilidad de cient¨ªficos espa?oles.Este ¨²ltimo sat¨¦lite ha significado un cambio cualitativo muy importante en el panorama espacial espa?ol, pues ha sido la primera vez que la industria espa?ola produce un sistema espacial completo. El proyecto ha tenido una merecida repercusi¨®n en los medios de comunicaci¨®n, y de lo dicho y escrito se podr¨ªa deducir que Minisat 01 es el m¨¢ximo exponente de la capacidad tecnol¨®gica del sector espacial espa?ol, lo que es un flaco favor para dicho sector.
Espa?a es miembro fundador de la Agencia Europea del Espacio (ESA), con un nivel de participaci¨®n en torno al 4%, un lugar medio-bajo en el contexto espacial europeo. Sin embargo, a pesar de la modestia de los presupuestos (la inversi¨®n anual espa?ola no dar¨ªa para construir ni 30 kil¨®metros de autopista), en la ¨²ltima d¨¦cada hemos vivido un cambio radical en el panorama espacial espa?ol, cuyas hechos m¨¢s llamativos son, sin duda, los sat¨¦lites citados. Pero, adem¨¢s, hay que decir que gracias a la pol¨ªtica cient¨ªfica y tecnol¨®gica gestionada por el Ministerio de Industria-CDTI y la Comisi¨®n Interministerial de Ciencia y Tecnolog¨ªa-Secretar¨ªa del Plan Nacional, se ha producido una modificaci¨®n dr¨¢stica en el perfil de la actividad espacial espa?ola: quedan lejos los a?os en los que los retornos de nuestra participaci¨®n en la ESA se cubr¨ªan en gran medida con contratos para ejecutar la obra civil de las instalaciones de la agencia, y en los que los cient¨ªficos espa?oles ten¨ªan una presencia marginal en la aventura espacial. Ahora nuestra industria participa en plano de igualdad, aunque bajo estrictas limitaciones presupuestarias, en muchos programas espaciales, tanto dentro como fuera de la ESA, generando productos de alto valor a?adido y con un nivel de competitividad aceptable. De igual forma hay grupos cient¨ªficos espa?oles participando en pr¨¢cticamente todas las misiones del Programa Cient¨ªfico de la ESA y en el de Microgravedad.La actividad espacial en Espa?a es una actividad cotidiana salpicada de vez en cuando por hechos singulares, como el lanzamiento del M¨ªnisat 01 o como la pr¨®xima entrega de las partes del lanzador Ariane 4 n¨²mero 100 fabricadas en CASA/Espacio. En la UPM se trabaja ya en el UPM-Sat 2, y como a principios del siglo pr¨®ximo habr¨¢ que sustituir a los Hispasat en ¨®rbita, est¨¢ en marcha un demostrador, el proyecto DESAT, cuya finalidad es aumentar la participaci¨®n nacional en los pr¨®ximos Hispasat.
Una necesidad sentida por el sector espacial espa?ol es que la experiencia iniciada con Minisat tenga su continuidad en otro veh¨ªculo espacial de caracter¨ªsticas similares, a fin de consolidar y extender el saber hacer adquirido. Por el momento este sentimiento no se corresponde con asignaci¨®n presupuestaria alguna, pero es deseable que esta situaci¨®n cambie y que no haya que esperar otros 20 a?os antes de celebrar el lanzamiento del segundo sat¨¦lite construido enteramente por empresas espa?olas.Jos¨¦ Meseguer es catedr¨¢tico de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid.
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