El Papa quiere al clero polaco fuera de la pol¨ªtica
En mayo de 1995, cinco meses antes de las elecciones que dieron la victoria a los ex comunistas, el Papa polaco tuvo gestos de apoyo al ex l¨ªder cat¨®lico de Solidaridad y entonces presidente de la Rep¨²blica, Lech Walesa, durante una misa que celebr¨® en Zywiec. Tambi¨¦n advirti¨® que la Iglesia peligrar¨ªa, si ganaban los ex comunistas.Ese lenguaje ha cambiado, y el Papa apenas si ha dedicado a Walesa medio minuto de los 11 d¨ªas de esta nueva estancia en Polonia. No se trata de un cambio casual, como demuestra el hecho de que Juan Pablo 11 haya evitado improvisar durante sus intervenciones p¨²blicas, en contra de lo que acostumbra cuando se encuentra en casa. La ¨²nica vez que dej¨® escapar cierto malhumor no previsto
en el texto oficial de un discurso fue para sugerir que nadie, y menos los ex comunistas, puede acusar de enemiga de la libertad a la Iglesia. Las relaciones del Papa con las nuevas autoridades no son f¨¢ciles, pero ¨¦stas han apreciado el nuevo tono de esta visita.
Los polacos volver¨¢n a las urnas el pr¨®ximo oto?o, y el resultado del voto parece incierto. Pero la derecha cat¨®lica carece de un l¨ªder cre¨ªble y la Iglesia local, bajo el primado del cardenal Joseph Glemp, se ha dividido en los ¨²ltimos tiempos con motivo de dos batallas en torno a otros tantos temas claves: la ley del aborto, aprobada por el nuevo Parlamento, y el refer¨¦ndum por el que se aprob¨® la Constituci¨®n, en contra de la opini¨®n de muchos p¨¢rrocos que critican que el texto no sanciona el car¨¢cter confesional del Estado.
Parece evidente que Juan Pablo II ha decidido impedir que las disidencias pol¨ªticas, e incluso ¨¦ticas, de millones de cat¨®licos que han considerado a los socialdem¨®cratas m¨¢s capacitados para dirigir la econom¨ªa y el Estado puedan acabar convirti¨¦ndose en una disidencia directamente religiosa. Por ello, ha pedido a los obispos que eviten que la Iglesia aparezca como un partido.
Monse?or Pieronek se?al¨® que el Pontifica se llevar¨¢ a casa un triunfo en el tema del aborto. La ley del Parlamento fue anulada por el Tribunal Constitucional y, tras la visita del Papa, el presidente de la Rep¨²blica, Alexander Kwasniewski, se muestra contrario a que sea sometida a refer¨¦ndum, "porque ello provocar¨ªa nuevas divisiones de los polacos".
El ideal pontificio de una Polonia cat¨®lica permanece, por lo dem¨¢s, intacto, e incluso quiere tomar nuevas alas con la canonizaci¨®n de Santa Eduvigis, reina polaca del siglo XIV, fundadora de la Universidad de Cracovia, en la que estudi¨® el propio Juan Pablo II, que representa para este Papa la bondad del poder cat¨®lico y el equilibrio entre fe y raz¨®n.
Una enorme masa que, sin duda, superaba el mill¨®n de personas asisti¨® a la ceremonia celebrada muna explanada de Cracovia, la ciudad en la que Karol Wojtyla vivi¨® desde su adolescencia y de la que sali¨® como arzobispo para ser elegido Papa, en 1978.
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