A sanci¨®n limpia
LA APLICACI?N de sanciones en un partido pol¨ªtico para castigar las disensiones internas es en la mayor¨ªa de los casos, como demuestra la historia, un error manifiesto que no suele arreglar los problemas de fondo. Revela la incapacidad de una direcci¨®n pol¨ªtica para integrar el debate y la confrontaci¨®n de ideas, lo que en la jerga pol¨ªtica se conoce como disidencia. Pues bien, la ejecutiva de Izquierda Unida (IU) se ha reafirmado en que los diputados de Nueva Izquierda Cristina Almeida, Ricardo Peralta y Manuel Alcaraz deben ser sancionados por ausentarse del debate parlamentario sobre la reforma laboral para no votar en contra del proyecto. Las sanciones, que corresponden al consejo pol¨ªtico federal, pueden llegar hasta la expulsi¨®n de la coalici¨®n y, en cualquier caso, al apartamiento de los disidentes de los ¨®rganos de direcci¨®n. La ejecutiva, previamente aleccionada por el mitin espont¨¢neo del domingo, ha optado por el correctivo y se ha olvidado del debate, en la m¨¢s tenebrosa tradici¨®n del comunismo ortodoxo.La insistencia en las sanciones es un paso m¨¢s en la crisis galopante de IU y una demostraci¨®n palpable de que la discusi¨®n pol¨ªtica como procedimiento ha sido erradicada definitivamente en una organizaci¨®n que naci¨® con vocaci¨®n pluralista. La tenacidad con que su coordinador general, Julio Anguita, toma nota y disciplina a los disidentes confirma que su objetivo es liquidar el proyecto de configurar una coalici¨®n flexible y sustituirla por una formaci¨®n gobernada con mano de hierro y compuesta en exclusiva por entusiastas de su gesti¨®n. La tendencia hacia el autismo pol¨ªtico, la ideolog¨ªa grupuscular y la falta de una estrategia racional convertir¨¢n irremediablemente el proyecto de IU en una secta. El PP ha encontrado as¨ª un socio impagable para acometer sin escr¨²pulos las tareas intervencionistas que CiU se niega a realizar.
La crisis de IU no puede explicarse tampoco sin tener en cuenta la obsesi¨®n creciente en el discurso de Anguita y en la direcci¨®n de su coalici¨®n por confrontarse a una conjura imaginaria de medios de comunicaci¨®n independientes. Con este complot inventado, tan familiar anta?o a los partidos comunistas, Anguita pretende reforzar su imagen de firmeza pol¨ªtica. En lugar de vender victimismo gratuito, Anguita deber¨ªa explicar por qu¨¦ es m¨¢s conveniente para IU votar con el PP que con el PSOE, por qu¨¦ la reforma laboral es rechazable a pesar de la opini¨®n de los sindicatos y por qu¨¦ la cultura del debate se sustituye por la del exterminio pol¨ªtico y la obsesi¨®n permanente por los enemigos.
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