Manolete

La exposici¨®n de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando conmemorativa de la muerte de Manolete me ha tra¨ªdo el recuerdo de toda una ¨¦poca. Aquella tarde de agosto de 1947 estaba yo en un guateque en la playa de Lloret de Mar Discos de Bonet de San Pedro y de Jorge Sep¨²lveda que, seg¨²n me dijeron el otro d¨ªa, los chicos de ahora incluyen en el g¨¦nero de "m¨²sica del Renacimiento" Las muchachas, muy modosas y hacendosas. Los muchachos muy comedidos. Las mam¨¢s se asomaban para ver si todo iba seg¨²n lo establecido.De pronto, lleg¨® la noticia. Ces¨® la m¨²sica y el cantante de la orquestina anunci¨® la muerte de Manolete. Era un ¨ªdolo, o, mejor dicho, el ¨ªdolo de la ¨¦poca. Hasta el punto de que aquella tarde, en un lugar tan poco taurino como la playa de Lloret, muchos de los asistentes al guateque se echaron a llorar. Ahora veo en la exposici¨®n de la Academia el cartel de Linares y el vestido de la cogida y muerte del torero junto con una extraordinaria colecci¨®n de obras de arte. Yo no soy muy taurino, pero lo poco taurino que soy me viene seguramente de aquella tarde en que el viento de la tragedia dispers¨® de pronto una fiesta anodina.

Luego, ya progre de los sesenta, llegu¨¦ a pensar que los toros morir¨ªan con el "antiguo r¨¦gimen". No ha sido as¨ª. Lo hemos visto otra vez en la Feria de San Isidro. Se ha publicado ahora que en Espa?a se venden en el a?o m¨¢s entradas de toros que de f¨²tbol. Alguna vez dud¨¦ si deber¨ªa hacerme antitaurino, pero desist¨ª pensando que no se entiende nada de lo que aqu¨ª pasa sin saber lo que es "parar, templar y mandar". Se puede repetir hoy la ripios¨ªsima copla: "?sta es la fiesta espa?ola / que viene de prole en prole / y ni el Gobierno la abole / ni habr¨¢ nadie que la abola".

Y, luego, la est¨¦tica es insuperable, no s¨®lo en la plaza, isla en un mundo light, sino en el arte. En la Academia, V¨¢zquez D¨ªaz, Julio Antonio, Benlliure, Pepe Caballero, Hugu¨¦, Solana, Picasso, Zuloaga, Alberto... Manolete.