Sus labores
Un departamento universitario de la Universidad Aut¨®noma madrile?a ha elaborado una encuesta entre 1.285 estudiantes cuyos resultados reflejan hasta qu¨¦ punto ID mejor de este mundo es la sopita de mam¨¢. El trabajo confirma que hoy en d¨ªa (como ayer en d¨ªa y como siempre en d¨ªa) el mantenimiento del hogar sigue siendo un asunto de mujeres, y no creo que se deba a un impulso natural por su parte, sino m¨¢s bien al ego¨ªsmo y pachorra de quienes se dejan servir. (S¨¦ de alguno que se ha vuelto un in¨²til de pura inactividad dom¨¦stica, y ahora, en la madurez, ya s¨®lo puede vivir en casas de hospedaje).Me soplan al o¨ªdo que estamos en junio de 1997, una cifra impresionante, aunque parece que el padre tiempo no avanza de manera uniforme para todos y que ciertos personajes todav¨ªa siguen incrustados en el neol¨ªtico. As¨ª, tres de cuatro varones encuestados afirman que su colaboraci¨®n en casa se limita a poner la mesa. Enhorabuena, futuros licenciados, sois unos chicos encantadores y se agradece vuestra entrega. Y como no quiero dar lugar a equ¨ªvocos, dir¨¦ que mi felicitaci¨®n ha ido con segundas, ya que en realidad me parec¨¦is un poco mamarrachos y negreros. Y me estoy refiriendo, no se olvide, s¨®lo a los que se portan mal, que luego se me amontonan los an¨®nimos.
Pero reconozcamos tambi¨¦n sus logros: al parecer, un 60% s¨ª se ocupa de los residuos propios, esto es: de airear su cuarto, de recoger la ropa sucia, etc¨¦tera. Y yo me pregunto: ?qu¨¦ pasa entonces con el 40% restante? ?Azotan a sus madres si al llegar a casa comprueban que la cama no est¨¢ hecha y que los calcetines siguen sucios? No creo. Sencillamente, dan por hecho que ellas lo har¨¢n, y as¨ª es, lo que nos lleva a deducir que buena parte de la ceguera de estos comodones es achacable a sus se?oras madres.
De acuerdo; los hijos son los hijos, y se les quiere una barbaridad (yo mismo, haciendo de tripas coraz¨®n, he sido capaz de comprarle a mi hija de cuatro a?os un v¨ªdeo de las Spice Girls), pero una cosa es que se te caiga la baba y otra muy diferente practicar el, servilismo. Porque en tal caso el amor decae, degenera y se vuelve rancio. Hablo como una especie de predicador, lo noto, o todav¨ªa peor: como un puritano, lo que me preocupa hasta un punto inimaginable, pero hay que apechugar con los tics propios y de nada sirve negar la evidencia. Si bien en este caso tengo toda la raz¨®n, como cuando defiendo a John Lennon. Y si no, sigamos con otros resultados de la encuesta: s¨®lo el 18% de los varones friega los platos o pone el lavavajillas, un porcentaje que baja al 8% a la hora de barrer y al 4%, ?atiza!, cuando se trata de limpiar el cuarto de ba?o. Es decir, holgazanes y guarretes.
Pero ?y las chicas? ?Se muestran m¨¢s solidarias con sus madres y arriman el hombro? En absoluto, o casi. Suben algo el nivel, s¨ª, aunque se dir¨ªa que s¨®lo de modo testimonial: el 84% pone la mesa, el 43% friega y el 25% limpia el cuarto de ba?o. En realidad, respecto a los chicos, s¨®lo salen derrotadas en un apartado muy concreto: sacar la basura, especialidad en la que pierden nada menos que 16 puntos: 44% los varones, 28% las hembras.
Lo de la cocina, empero, es otro cantar, ya que un mal cocinero, por mucho entusiasmo que ponga, puede arruinar un hogar a la chita callando. Sugiero, por tanto, que se ocupen del asunto (con las contrapartidas de rigor) s¨®lo los que entienden, hombres o mujeres, porque aqu¨ª ya no se trata s¨®lo de colaborar, sino de seguir vivo. Se puede aprender a cocinar, qu¨¦ duda cabe, pero interesa que las pr¨¢cticas de laboratorio se hagan a solas, con mucho tacto, poco a poco, y preferentemente sin implicar a la familia. Las tortillas francesas pueden ser un buen comienzo, o unas tostadas para el desayuno, incluso una ensalada de lechuga, cebolla y tomate; pero, por favor, nada de ingenier¨ªa culinaria: nada de champi?ones, de paellas camperas o de sufl¨¦s al estilo de York. El aparato digestivo est¨¢ en juego, de manera que conviene andarse con tiento.
Tras estudiar los resultados, los soci¨®logos han llegado a la siguiente conclusi¨®n: "La participaci¨®n de los estudiantes en el proceso de redifinici¨®n de los roles familiares est¨¢ condicionada por su sexo y por el tipo de tarea a desarrollar". Descubrieron la luna, amigos.
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