Europa, amonestada en la cumbre de Denver por no hacer las reformas necesarias para crear empleo
El presidente ruso, Boris Yeltsin, fue hasta el final el protagonista de la cumbre de Denver (Colorado), que ha marcado la casi plena incorporaci¨®n de Rusia al antiguo G-7. La salud del l¨ªder ruso, que la noche anterior hab¨ªa sufrido un desmayo, casi eclips¨® ayer la difusi¨®n de los comunicados finales de la reuni¨®n. El econ¨®mico amonesta a la Europa continental por no osar enfrentarse a las reformas necesarias para crear empleo y la insta a seguir optando por la austeridad en el gasto p¨²blico para equilibrar los presupuestos.
La cumbre de los Ocho bendijo al euro, pero con una condici¨®n: que la uni¨®n monetaria europea vaya acompa?ada de "reformas econ¨®micas". La Europa continental, representada por Alemania, Francia e Italia, hab¨ªa llegado a Denver muy debilitada frente a los anglosajones por sus problemas para cumplir los requisitos presupuestarios de Maastricht y combatir el desempleo cr¨®nico."Francia, Alemania e Italia comparten el desaf¨ªo de restaurar un fuerte crecimiento del empleo", dice el comunicado econ¨®mico. Y a?ade: "Al tiempo que contin¨²an sus esfuerzos para restaurar los equilibrios presupuestarios, deber¨¢n profundizar las reformas econ¨®micas que reduzcan las barreras a la creaci¨®n de empleos". Se sobreentiende que esas barreras son la rigidez de los mercados laborales y el nivel de prestaciones sociales.
La redacci¨®n de ese p¨¢rrafo provoc¨® un vivo debate entre los expertos franceses, de un lado, y los estadounidenses y los brit¨¢nicos, de otro. Estos ¨²ltimos no ocultaron que temen que el recorte de la semana laboral prometido por el nuevo Gobierno socialista de Lionel Jospin afecte al ya d¨¦bil crecimiento franc¨¦s. Los estadounidenses fueron m¨¢s lejos: los franceses y, en general los europeos, deben, en su opini¨®n, hacer lo contrario: trabajar m¨¢s horas. Los anfitriones de la cumbre tambi¨¦n quisieron dejar constancia de su inquietud por la posibilidad de que el programa de Jospin abra en Francia un per¨ªodo de incremento del gasto p¨²blico contrario a la austeridad presupuestaria que, reiteraron, requieren los tiempos.
A lo largo de las tres jornadas de la cumbre, Jacques Chirac: no se desmarc¨® de su Gobierno e insisti¨® en que el sistema laboral y social norteamericano es "inaplicable" en la Europa continental por razones culturales. Clinton, por su parte, intent¨® limar diferencias elogiando el modelo de salud p¨²blica franc¨¦s, especialmente en lo relativo a los ni?os. "EE UU", dijo, "tiene mucho que aprender de la f¨®rmula francesa".
Pero los europeos no fueron los ¨²nicos se?alados con el dedo en el comunicado econ¨®mico de Denver. A Jap¨®n se le vuelve a pedir que reduzca su excedente comercial eliminando las regulaciones que cierran sus mercados a los productos exteriores, y a EE UU y el Reino Unido, los miembros del club con econom¨ªas m¨¢s vigorosas, que vigilen de cerca la inflaci¨®n.
De las varias escaramuzas entre europeos y norteamericanos, la provocada por la lucha contra la contaminaci¨®n fue una de las m¨¢s duras. Helmut Kohl y Jacques Chirac pidieron un compromiso colectivo para reducir de modo significativo en el a?o 2010 las emisiones de di¨®xido de carbono, que provocan el "efecto invernadero". Pero EE UU, Canada y Jap¨®n se declararon incapaces de hacer el esfuerzo.
"EE UU es el pa¨ªs m¨¢s contaminante del mundo", dijo Chirac en una conferencia de Prensa al comentar ese asunto. Devolv¨ªa la pelota a unos anfitriones que a lo largo de las tres jornadas de reuni¨®n no ocultaron su disposici¨®n a ponerse como ejemplo de casi todo para el resto de la humanidad.
Celebrada en un ambiente y con un men¨² -serpiente de cascabel y b¨²falo- del Salvaje Oeste, la cena del s¨¢bado por la noche simboliz¨® el aspecto cultural del pulso entre europeos y norteamericanos. Clinton acudi¨® enteramente vestido de vaquero: pantalones, camisa, lazo y botas. De sus hu¨¦spedes, el ¨²nico que le sigui¨® abiertamente el juego fue Blair, con vaqueros y camisa deportiva. La complicidad entre los dos hombres, de los que ya se sab¨ªa que comparten muchos valores pol¨ªticos, hizo que la prensa de Denver les llamara ayer "Cowboy Clinton and Bronco Blair".
El japon¨¦s Hashimoto, trajeado pero con botas vaqueras, y el ruso Yeltsin, que se quit¨® la corbata y la chaqueta que tra¨ªa, tomaron el camino de enmedio. Jacques Chirac y Helmut Kohl, con sus habituales trajes chaqueta de colores sombr¨ªos, no se prestaron al juego.
Al t¨¦rmino de la cena Yeltsin sufri¨® un desmayo y tuvo que retirarse a su hotel. Durante 12 horas, la salud del ruso, que el pasado a?o fue sometido a una operaci¨®n de coraz¨®n, preocup¨® en Denver. Pero Yeltsin reapareci¨® ayer, explicando que lo ocurrido se deb¨ªa a que estaba cansado.
La pr¨®xima cumbre de los Ocho se celebrar¨¢ entre el 15 y el 17 de mayo de 1998 en la ciudad brit¨¢nica de Birmingham.
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