Yoko Ono no cree en los h¨¦roes
La viuda de John Lennon expone su obra en Alicante y Valencia, mientras espera la publicaci¨®n de su discograf¨ªa completa
Llama la atenci¨®n su inter¨¦s por buscar nexos entre individuos, entre pueblos, entre culturas, y gusta de descender a los detalles menores. En la rueda de prensa previa a la inauguraci¨®n de su exposici¨®n -bautizada como En trance-, que tuvo lugar ayer en la Lonja del Pescado de Alicante, Yoko Ono (Tokio, 1933) record¨® los entremeses que le hab¨ªan servido la noche anterior en un restaurante de la ciudad y los asoci¨® con un plato japon¨¦s. "Los japoneses quieren jubilarse en Espa?a", asegur¨® poco despu¨¦s de mencionar la reposter¨ªa que los espa?oles llevaron a Jap¨®n siglos atr¨¢s y que a¨²n ahora permanece, para ahondar en los lazos que unen una y otra cultura.Militante pacifista desde un compromiso p¨²blico inequ¨ªvoco que comparti¨® con John Lennon mientras ¨¦ste vivi¨®, considera ahora la paz desde otro punto de vista: "No me pongo en una esquina, hablando y haciendo girar banderas", comenta con iron¨ªa. "Intento transmitir esperanza a la gente de muchas maneras: a veces contribuyo con ayuda financiera, a veces hago canciones de ¨¢nimo para fomentar la paz o manifestaciones art¨ªsticas que muestran un camino de esperanza. La comunicaci¨®n aut¨¦ntica entre dos personas es una buena forma de contribuir a un mundo mejor".
Esta filosof¨ªa impregna su obra. Las instalaciones que expone en Alicante, y que hasta el ¨²ltimo momento ha supervisado y corregido minuciosamente, exigen la participaci¨®n directa del p¨²blico. Ella misma se ha querido convertir en espectadora participante con la inclusi¨®n de dos deseos escritos en papel que cuelgan de un ¨¢rbol (Wish piece). "Que cada d¨ªa de cualquier manera / sea mejor y mejor / para todos nosotros". Es de una canci¨®n de Lennon, pero ella aclara que en realidad, antes que nada, era una plegaria familiar.Yoko Ono viene de un tiempo donde la utop¨ªa adquir¨ªa el rostro de los h¨¦roes que la misma sociedad creaba. Ella y John Lennon forman parte de esa mitolog¨ªa. A pesar de ella, forman parte de la mitolog¨ªa de nuestro tiempo. Pero "vivimos en una era", asegura este mito que nunca ha pretendido serlo, midiendo bien las palabras con el mimo que caracteriza todos sus ademanes, "donde no queremos un solo h¨¦roe; cada uno debe ser su propio h¨¦roe, porque nuestra sociedad y sus problemas son demasiado complejos para dejarlos en manos de una sola persona".
Probablemente, lo m¨¢s conocido de su m¨²sica son las colaboraciones con Lennon, pero ella no ha dejado nunca de componer. El a?o pasado public¨® un disco, Rising, con su hijo Sean Yoko Lennon, y en la actualidad se encuentra preparando otro. Autora deuna amplia filmografia y videografia, parte de la cual se ha exhibido en el IVAM y, m¨¢s recientemente, en el Centro de Arte Reina Sofia, ha rehusado, no obstante, la ¨²ltima oferta: la de realizar una pel¨ªcula de una hora relacionada con ese pr¨®ximo ¨¢lbum. Mientras tanto, se muestra ilusionada con la inminente reedici¨®n de su discograf¨ªa en discos compactos. Once ¨¢lbumes que aparecer¨¢n en el mercado entre este mes y el pr¨®ximo agosto en tres tandas.
No siente nostalgia por los sesenta, que aqu¨ª, no sin cierta envidia, permanecen en la memoria colectiva como una d¨¦cada prodigiosa. "Todos somos ilusionistas con el pasado", afirma con una sonrisa, "pero hay mucha diferencia entre quienes, como mi hijo Sean, idolatran los sesenta y quienes, como yo, los vivimos en primera fila".
La s¨ªntesis de ambas visiones encierra. "Cometimos algunos errores". Entre ellos, los relacionados con la revoluci¨®n sexual, "que s¨®lo ha beneficiado a los hombres", o el consumo de drogas, en el que "se fue demasiado lejos". Pero la responsabilidad no es s¨®lo de quienes luchaban por el triunfo de la libertad y la imaginaci¨®n. "Fue una trampa", matiza, "en la que probablemente intervinieron algunas personas del Gobierno", sin querer profundizar m¨¢s en el tema.Tan aparentemente fr¨¢gil como firme en sus decisiones, ella acaba de abandonar la ¨²ltima droga, la que le llevaba a encender un cigarrillo tras otro en las entrevistas.
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