Ante todo, espect¨¢culo

Al principio parec¨ªa que el show iba a estar enfrente del escenario, a juzgar por las innumerables caras del multigeneracional p¨²blico -de 15 a 40 a?os-, decoradas con las pinturas de guerra de sus legendarios ¨ªdolos. Apenas media hora de discreta actuaci¨®n a cargo de los barceloneses El Fant¨¢stico Hombre Bala y las caras maquilladas m¨¢s famosas del rock de todos los tiempos se encargaban de disipar dicha sensaci¨®n.Kiss naci¨® hace m¨¢s de 20 a?os para dar espect¨¢culo. El m¨¢s impactante, caro y m¨®rbido nunca visto en el rock y, a juzgar por lo contemplado, a¨²n puede darlo como nadie. Una extraordinaria puesta en escena en la que no falt¨® de nada: cohetes, muros de luz, guitarras que disparaban fuego y sal¨ªan por los aires, m¨²sicos que vomitaban sangre o bien sal¨ªan volando y se mezclaban con la multitud.

Pero Kiss tambi¨¦n ofreci¨® inmensas composiciones de hard rock que perfectamente podr¨ªan caminar por s¨ª solas sin las muletas de guardarrop¨ªa con que las protegen sus autores. Canciones como Love gun, Shout it out, interpretada por el bajista Gene Siminor¨ªs arriba del puente de luces, o la impresionante I was made for lovin you, que arranc¨® el m¨¢s vibrante acompa?amiento por parte de todas las gargantas presentes.

Mayores, horteras, decadentes y lo que se quiera decir de ellos, Kiss sigue siendo capaz de hacer brotar exclamaciones de admiraci¨®n del m¨¢s avezado y curtido espectador de rock. Veinticinco discos y conciertos como el presenciado as¨ª lo atestiguan.